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29 de abril de 2024

En primera líneaFernando Gutiérrez Díaz de Otazu

El orbe encanallado

Representa la alteración de conceptos, originalmente honestos, pero deteriorados por el uso de una sociedad que, desde un ángulo y el contrario, los manipula con intereses divergentes

Actualizada 01:30

El análisis de la política actual nos invita a comparar lo que visualizamos con los versos del poema de Rudyard Kipling, que, bajo el título original de If, fue escrito en 1895, a modo de compendio de guía moral de conducta y ha sido traducido a numerosos idiomas. En nuestro idioma existen múltiples versiones de esa traducción todas bajo el título de Si.
Uno de los versos recomienda «ser capaz de soportar el oír la verdad que uno ha dicho a pesar de haber sido tergiversada por malvados para engañar a necios». Una versión diferente, que quiere decir lo mismo, pero escrita en rima, para darle forma de poema en castellano, recomienda «lograr escuchar la verdad que has hablado a pesar del sofisma del orbe encanallado». Este «sofisma del orbe encanallado» no representa otra cosa más que la alteración de conceptos, originalmente honestos, pero deteriorados por el uso de una sociedad que, desde un ángulo y el contrario, los manipula con intereses divergentes.
El fin de semana pasado tuve la oportunidad de asistir en Bilbao y en Durango a la presentación de diferentes candidatos del Partido Popular a las elecciones locales y autonómicas del próximo 28 de mayo a las Juntas Generales de Bizkaia y el Ayuntamiento de Durango, respectivamente.
Tras el acto en Durango, mantuve un encuentro con una joven duranguesa, de unos 30 años, que se mostraba muy sorprendida por el hecho de que el Partido Popular presentase una candidatura a la alcaldía de Durango, ya que, en su opinión, no tenía ninguna posibilidad de obtener respaldo alguno de la ciudadanía. A su juicio, la sociedad duranguesa es netamente nacionalista, con un punto, según ella decía, de cultura «borroka», es decir, próxima a las tesis del independentismo radical vasco, representado en la actualidad por EH-Bildu. Ella me recomendaba, amigablemente no persistir, porque, simplemente, no había nada que hacer.
El mundo de EH-Bildu, herederos ideológicos de los que en tiempos no tan remotos se dedicaban a lo que ellos denominaban la «lucha armada» y el resto del género humano denominábamos terrorismo separatista, ya no se dedica a la extorsión criminal y al asesinato sangriento, pero continúa imponiendo en la sociedad vasca una suerte de resignación de que su forma de interpretar la realidad vasca es la única aceptable. Las candidaturas alternativas a las suyas están fuera de lugar. No pertenecen a «ese entorno».
Ilustración el pais vasco el orbe encanallado

Lu Tolstova

También durante el fin de semana, se desató una agria controversia en las redes sociales en Melilla sobre las distintas opciones de celebración material de un evento «cívico-militar», que, desde 2013, se viene celebrando anualmente, en la ciudad, bajo la denominación de «La Africana» y que, al igual que se realiza en las otras tres localidades en las que existe un Tercio de la Legión (Ronda, Ceuta y Almería), congrega a miles de corredores y ciclistas de larga distancia, civiles y militares, de múltiples localidades de toda la geografía española e incluso algunos extranjeros. La organización de la actividad corre a cargo de los Tercios, que la realizan en coordinación con las autoridades locales de los cuatro municipios en los que estas pruebas se realizan.
El hecho de que el candidato a la Presidencia de la Ciudad Autónoma por el Partido Popular para las próximas elecciones autonómicas, el Senador Juan José Imbroda Ortiz, se posicionase públicamente sobre una alternativa al recorrido que actualmente emplea esta actividad «cívico-militar», que, a su juicio, es menos atractivo para la ciudad que el que se empleó en las siete ediciones iniciales, entre 2013 y 2019, fue suficiente para que se desatasen todo tipo de descalificaciones sobre su opinión, su persona y su opción política. Absolutamente injustificable, desde mi punto de vista.
Durante los actos de celebración de la festividad del 2 de mayo, Día de la Comunidad de Madrid, el protagonismo del que deberían haber disfrutado los galardonados por la Comunidad de Madrid por diferentes tareas meritorias al servicio de la sociedad, se vio parcialmente eclipsado por el empeño del Ministro de la Presidencia del Gobierno de España, Félix Bolaños García, que, no encontrándose invitado y no disponiendo, por lo tanto, de espacio previsto en la tribuna presidencial, se obstinó en ser admitido en la misma, pretendiendo generar un conflicto protocolario, que fue acertadamente resuelto por los servicios de protocolo de la Comunidad, sin que tuviera más trascendencia que, una vez más, las habituales descalificaciones hacia la Administración de la Comunidad de Madrid y hacia sus responsables, con especial mención a su Presidenta, de las que suelen hacer gala los miembros del Gobierno de la nación.
Precisamente, la Junta Electoral Central ha optado, finalmente, por incoar expediente sancionador a la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez García, por persistir, tras dos advertencias, en utilizar la comparecencia habitual para informar sobre las decisiones del Gobierno en pronunciarse desde una óptica partidista contra los líderes del principal partido de la oposición, con especial mención al presidente del mismo, Alberto Núñez Feijóo, hecho particularmente grave en el periodo preelectoral en el que nos encontramos.
El pasado miércoles 3 de mayo, fue recibido en sesión plenaria solemne de las Cortes Generales (Diputados y Senadores), en el hemiciclo del Congreso de los Diputados, el presidente de la República de Colombia, Gustavo Francisco Petro Urrego. Venía precedido por una encendida polémica por unas inamistosas declaraciones contra nuestra nación y nuestra presencia en su país a lo largo de la historia, pronunciadas dos días antes en Colombia. Durante su alocución ante los parlamentarios españoles, tras afirmar que el legado español más significativo era el de nuestra innegable pasión, que nos hermanaba en los momentos más cruciales de nuestras respectivas historias nacionales, en los que, incluso nos habíamos puesto al borde de la autodestrucción, afirmó que el mundo caminaba hacia la extinción si no se producían cambios significativos, lógicamente en la dirección que él propone.
Estos hechos, registrados en el escaso plazo de una semana y otros de semejante naturaleza contribuyen a conformar lo que, en mi opinión, podemos llamar el «sofisma del orbe encanallado».
  • Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu es diputado nacional por Melilla del Grupo Parlamentario Popular
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