Putin y Jong-un y la longevidad
Cuando la decana de la humanidad falleció de lo que podríamos llamar muerte natural, hubo algunas reclamaciones de personas que aseguraron haber superado su edad. Pero lo cierto es que ninguna ha sido reconocida y certificada por lo que la dama de Arlés continúa ostentando el título
Los dictadores Vladímir Putinyy Kim Jong-un fueron sorprendidos por las cámaras en la reciente cumbre de Pekín, hablando de la posibilidad de llegar a los 150 años o incluso alcanzar la inmortalidad. Lo hicieron entre risas, pero con un claro deseo, nada encubierto, de celebrar ese cumpleaños o alcanzar esa condición. ¿Qué posibilidades tiene esa ambición en un futuro próximo? La respuesta es que nulas para ambas cosas, para llegar al siglo y medio de vida y para lograr la inmortalidad. Y además de no ser posibles, no resulta nada deseable que tan siniestros personajes dispusieran de tanto tiempo o de toda la eternidad para seguir perpetrando maldades. Cuando a Lola Flores le preguntaron si hablaba inglés, ella contestó alterada «No lo quiera Dió». De la misma manera contesté yo cuando a raíz de la conversación entre los sátrapas alguien me preguntó si creía posible tan elevada edad para ambos. «No lo quiera Dios» reiteré.
El crecimiento de la longevidad es una de las grandes conquistas de la humanidad. La esperanza de vida al nacer ha seguido una secuencia ascendente, aunque la velocidad de su marcha parece haberse ralentizado un poco en tiempos recientes. Hoy, por ejemplo, en España las mujeres tienen una esperanza de vida al nacer de 86 años y los varones de 81. Cada vez hay más octogenarios, nonagenarios y centenarios y se ha definido una nueva categoría en la clasificación de las edades denominada de los supercentenarios que agrupa a las personas de 110 años y más, pocas todavía en una población que rebasa los 8.200 millones de seres. Todo eso es cierto y hasta es probable que ya haya nacido la generación que puede llegar a los 100 años de esperanza de vida. Pero otra cosa es llegar a cumplir 150 años. Nadie lo ha hecho hasta ahora. El récord actual de la longevidad lo detenta la francesa Jeanne Calment que vivió 122 años, 5 meses y 14 días. En ese sprint por superar la marca de la vida más larga no se quedó lejos nuestra María Branyas que falleció en 2024 a la edad de 117 años. Y quizás lo logre el leonés Saturnino de la Fuente que ahora ha cumplido los 113 .
Pero permítanme insistir en la Señora Calment y en la vida que llevó, porque quizás su caso puede ilustrar a quienes tienen vocación de supercentenarios. Nació en Arlés en 1875 y vivió en esa ciudad toda su vida hasta que murió en 1997. Llevó una existencia saludable hasta el final. Practicó diferentes deportes como el tenis, el ciclismo, la natación, el patinaje o la esgrima, esta última solo hasta los 85 y la bicicleta hasta los 100. Después derivó hacia deportes menos violentos como el andar, una práctica interrumpida por una rotura de fémur que la condenó a una silla de ruedas. Combinó el deporte con una dieta cuyo ingrediente básico fue el aceite de oliva y en la que no faltó el vino de oporto y una dosis elevada de chocolate. Y aunque no haya sido una causa de su longevidad, fumó dos cigarrillos diarios desde los 20 años hasta que cumplió los 120. Probablemente, no ha existido nadie que haya estado fumando, eso sí, moderadamente, durante 100 años. Y fue una persona culta aficionada al piano y la ópera.
Cuando la decana de la humanidad falleció de lo que podríamos llamar muerte natural, hubo algunas reclamaciones de personas que aseguraron haber superado su edad. Pero lo cierto es que ninguna ha sido reconocida y certificada, por lo que la dama de Arlés continúa ostentando el título.
Vivir más años va a ser más frecuente en el futuro. Habrá más centenarios e incluso más supercentenarios, pero los efectivos, sobre todo de este último grupo, no van a ser estadísticamente significativos. Alguien llegará a superar el liderato de Calment, pero todavía falta tiempo para que el volumen de personas que superen los 120 años resulte relevante.
Eso sí, las personas que cumplan más años van a tener una salud cada vez mejor. Lo que llamamos envejecimiento va a ser en realidad un rejuvenecimiento porque aunque cumplan más años, la gente de edad estará más saludable. Las sociedades gerontológica y geriátrica de Japón, apoyadas en una serie de indicadores, han concluido que los individuos de 75 a 79 años poseen un nivel de salud semejante al que tenían las de 65 a 69 hace 20 años. Estamos en un proceso de ganarle años a la vida y vida a los años. Es un secreto. No se lo digan a Putin y a Kim Jong-un.
- Rafael Puyol es presidente de la Real Sociedad Geográfica