La concordia fue posible
Ojalá esta reunión de personalidades egregias sirva para recuperar la vigencia de aquel tiempo en que, parafraseando a Zweig, las millones de horas dejaron de ser inútiles. Porque sencillamente Clío imperó como poetisa y dramaturga para producir un momento estelar para los españoles
«La concordia fue posible». La frase es felizmente lapidaria. Grabada en granito, cobija los restos mortales del presidente Suárez y de su esposa en la catedral de Ávila y resume el episodio histórico que alumbró la Constitución vigente y la democracia de la que disfrutamos. También da título al Congreso que en la Universidad San Pablo CEU tendrá lugar hoy y mañana con la oportuna presencia de los grandes protagonistas de nuestra Transición.
La ACdP, editora de este diario cuya versión en papel clausuró el franquismo por haber aceptado la –precaria– democracia republicana, vuelve a estar con el espíritu de conciliación que demanda nuestro tiempo. Si su presidente Abelardo Algora promovió el grupo Tácito, un think tank que desde la prensa (el Ya y los diarios de Edica herederos del primer El Debate) defendió una reforma democrática a partir de la legalidad franquista, el actual, Alfonso Bullón de Mendoza, ha decidido sumar a las Universidades CEU a la conmemoración del cincuentenario de la proclamación del Rey Juan Carlos I. Estos fastos arrancaron con la investidura como doctores honoris causa de José Manuel Otero Novas (Universidad Cardenal Herrera-CEU), Miquel Roca (Universitat Abat Oliba-CEU), Marcelino Oreja y S.M. la Reina Doña Sofía (Universidad San Pablo-CEU), extraordinarios actores de nuestro tránsito del autoritarismo a la democracia.
Han formado parte, además, del programa conmemorativo el Curso de Verano 'España y la Monarquía', una exposición itinerante, comisariada por la profesora Cristina Barreiro y quien suscribe a partir de los fondos gráficos de Ya y Diario 16, un documental que emitió Telemadrid el pasado día 20 y el citado Congreso.
Que me perdone el amable lector lo que pudiera parecer inmodestia y solo es sincero agradecimiento, pero al asumir la dirección del encuentro 'La Concordia fue Posible' sentí el «espesor de presente» de que habló Julián Marías, el peso de la Historia reciente, su diálogo con la actualidad que tanto han determinado mi trayectoria académica. Durante la carrera aprendí de un excepcional plantel de profesores que habían integrado los gobiernos de la Transición o el llamado «Parlamento de papel» (Íñigo Cavero, Luis Escobar de la Serna, Francisco Sanchís, Alejandro Muñoz-Alonso, Luis Blanco Vila, Diego Armario, Alberto Miguel Arruti o Justino Sinova). Y, más tarde, preparé una tesis en la que, dirigido por el hoy Gran Canciller de la Universidad San Pablo-CEU, quise abordar cómo una institucionalización fallida de la dictadura permitió malgré lui el cambio pacífico hacia la Monarquía Parlamentaria. Y he tenido la fortuna de colaborar con dos de los grandes referentes historiográficos de la Transición como Charles Powell y Juan Carlos Jiménez Redondo.
El Congreso que se celebrará hoy y mañana, al que precedió un encuentro reservado con los periodistas más significados de entonces, se subtitula 'La Transición democrática y la España de la libertad'. Tener la ocasión de dirigir un encuentro así, que supone tanto una cita académica como una reivindicación de lo mejor de nuestro pasado próximo, representa todo un privilegio porque congregará en estos tiempos de nefasta polarización a dos vicepresidentes del Gobierno, Rodolfo Martín Villa y Alfonso Guerra, que simbolizan la España del reformismo postfranquista y la de la consolidación democrática. La concordia fue posible gracias a quienes supieron transitar «de la ley a la ley» y quienes acabaron de reconciliar a los españoles con su pasaporte. Como cabezas de fila de aquella transformación que nuestro país ofreció como modelo para el mundo, darán paso, en primer lugar, a quienes participaron en el proceso desde la oposición comunista (Ramón Tamames), liberal (Soledad Becerril) o la atalaya privilegiada de un cuarto poder solo militante en el auspicio de las libertades (Fernando Jáuregui). Del mismo modo, intervendrán quienes desde la Administración anterior les abrieron las puertas, como Belén Landáburu, una de las dos únicas directoras generales del régimen autoritario y ponente de la Ley para la Reforma Política, o José Miguel Ortí Bordás, entonces candidato a una Presidencia que finalmente asumiría Adolfo Suárez y estrecho colaborador también del 'guionista de la Transición' cuya biografía ha firmado el también participante Juan Fernández-Miranda.
No podían faltar a la cita dos 'tácitos', Otero Novas y Ortega Díaz-Ambrona, que desde aquella plataforma de papel accederían a los gobiernos de la UCD, a los que se unirá un presidente del Tribunal Constitucional, González Trevijano. y un ministro de los primeros gobiernos socialistas como Virgilio Zapatero.
En la segunda jornada Javier Rupérez, secretario de Relaciones Internacionales de la UCD, e Íñigo Méndez de Vigo, entonces consejero especial del secretario general del Consejo de Europa, debatirán sobre la política exterior española del periodo. Finalmente, los hijos del presidente Suárez, su vicepresidente Osorio y del dirigente del PSE Fernando Múgica, asesinado por ETA, reflexionarán sobre la vigencia del espíritu de la Transición, moderados por Pilar Cernuda, quizá la periodista más importante de aquel momento crucial de nuestro ayer.
Ojalá esta reunión de personalidades egregias sirva para recuperar la vigencia de aquel tiempo en que, parafraseando a Zweig, las millones de horas dejaron de ser inútiles. Porque sencillamente Clío imperó como poetisa y dramaturga para producir un momento estelar para los españoles. Ningún mal escribano tiene derecho a enmendarlo.
- Álvaro de Diego es director del Congreso ‘La Concordia fue posible’