El nuevo portavoz de las ocurrencias gubernamentales demostró ayer un profundo desapego de la realidad. En un acto de partido en Madrid, Óscar López dijo que el PP consiguió llenar la Plaza de España «de odio e insultos pero no de gente», una afirmación que cae por su propio peso al ver las imágenes de la Gran Vía o la Princesa llena de gente. Una cosa es discutir las ideas y otra muy distinta es negar la realidad, los números y las fotografías. Se empieza por ahí y se termina diciendo que la tierra es plana.