El orgullo de ser españoles
Creo que todos hemos sido un poco o un mucho, culpables de la caótica situación que estamos viviendo en estos momentos, por la desidia generalizada en personas de importancia en el desarrollo de España y que se han dedicado, y con entusiasmo, a cuidar exclusivamente su parcela particular
Con la llegada al Gobierno de España de José Luis Rodríguez Zapatero, podemos decir que ahí empezó la decadencia en España, de todos los valores fundamentales, en los que siempre se asentó nuestra patria.
Poco a poco se han ido saltando barreras, creando falsedades a través de ese pasquín infumable que es La Memoria Democrática, así como arrinconando el español desde los primeros pasos en los colegios, tergiversando lo que sea necesario, para justificar el abandono de la fe católica en general, que de paso contribuye a deteriorar el concepto fundamental de familia cristiana, el honor, la honestidad y lo que fuere necesario, para acomodarse en el poder, según sus malvados criterios.
Como consecuencia del breve resumen expuesto, entró en escena hace unos siete años el retrato perfecto de una persona sin principios de ningún tipo, cambiante de opinión a velocidades de rayo y según su conveniencia, mentiroso profesional de primera categoría internacional, narciso y adicto al poder, a tal extremo, que no habiendo ganado nunca las elecciones, está al frente del gobierno, siguiendo al dictado el guion que le imponen los socios, que le han permitido llegar al poder, como ERC, Junts, Bildu, Podemos y Sumar principalmente, que todos ellos tienen el denominador común de querer cargarse la España Constitucional, abolir la Monarquía y en el caso de los partidos catalanes, declarar la independencia de España de la región de Cataluña y siempre y cuando haga lo que ellos digan.
Esto es evidentemente, un verdadero despropósito para cualquier país y más en la vieja Europa, con una gran tradición y cultura, en todos los órdenes de la vida. Ahora bien, creo que todos hemos sido un poco o un mucho, culpables de la caótica situación que estamos viviendo en estos momentos, por la desidia generalizada en personas de importancia en el desarrollo de España y que se han dedicado, y con entusiasmo, a cuidar exclusivamente su parcela particular, en la tarta del país, sin manifestarse de ninguna manera ante tanta ignominia y dejando hacer a su antojo, a esa panda que nos gobierna, porque son realmente una panda, lo que quieran, para sacar adelante sus propósitos.
La situación, a día de hoy, es realmente crítica y desesperada , a nada que no se pueda impedir, en unas pocas semanas, el final previsto por Sánchez, para acabar totalmente con el Estado de derecho.
Asistimos en el Congreso a unas sesiones de tan baja categoría, que da mucha vergüenza vernos representados por esas personas, siendo los peores los diputados del PSOE, ERC, PNV, Bildu, Podemos y MasMadrid, es decir, los que han dado el nombre de Gobierno Frankestein. Tampoco es que los demás estén a la altura debida, ya que en el caso del PP, toda su aparente acción va encaminada a contar asientos hasta que le dé para formar gobierno, proclamando un centrismo transversal, que no hay quien lo entienda y que además no existe. Con este panorama, no me duelen prendas el decir que únicamente Vox plantea de una manera clara la defensa de la unidad de España, la familia, la libertad religiosa, la educación única para toda España y en general los valores que como españoles siempre hemos tenido y llevado por el mundo.
Visto el panorama y los desgraciados últimos acontecimientos, creo que la gran mayoría de españoles, sean castellanos, vascos, andaluces, catalanes, extremeños, gallegos, canarios o de Baleares, están deseando romper la baraja, acabar con tanta inmundicia y recuperar plenamente la España Constitucional y todas las leyes que han sido abolidas y solo nos llevan al desastre. La pregunta es: ¿cómo es posible, que habiendo seguro una inmensa mayoría que quiera acabar con esta situación, que nos lleva al desastre, no se pueda encontrar el modo de poder realizarlo?.
Personalmente, creo que ante la situación actual, se deben tomar medidas extraordinarias en todos los sentidos, aunque lleven a ser consideradas, poco acordes con las leyes vigentes, que creo dejan de serlo al llevarnos con ellas al desastre más absoluto.
Ha habido varias manifestaciones civiles, de cientos de miles de personas, que por un día salieron de su letargo y zona de confort, para asistir a pedir el cambio en el Gobierno de España, antes de que fuese demasiado tarde. Es importante que se hayan hecho, pero se demuestra que solo ha sido flor de un día, por carecer de continuidad.
Ante el continuo atraco, desde hace varios años, a la legalidad vigente, creo que la calle es una buena medida para reclamar al gobierno, que no puede seguir de ninguna manera y que su última y única obligación ahora, es la de dimitir el presidente y convocar elecciones. Esto es lo que la gente que está en la plenitud de vida, deben organizarse para pedirlo frente al Congreso y la Moncloa, todos los días y a todas las horas, hasta conseguir lo que en esta situación es lo único viable para que España, siga siendo España. No solo creo que es preciso, sino que estoy seguro de que la repercusión internacional tremenda en pocos días ayudaría a muchos a recapacitar y tirar la toalla, ante esta situación desesperada y sin salida del actual gobierno.
Por edad, no puedo asistir a este tipo de manifestaciones, pero sí a colaborar en todo lo que se pueda, con tal que podamos entre todos, devolver a España y los españoles, el honor, el sentido de unidad y la grandeza que con mucho orgullo, no podemos perder nunca y menos ahora, que nos están poniendo a prueba unos completos irresponsables y sin moral de ningún tipo.
José Fernando Martín Cinto es licenciado en Ciencias Físicas