Un estudio analiza el proyecto de reforma del Valle de los Caídos: «Es un atentado contra la sacralidad del templo»

El Gobierno anunció el pasado martes que el proyecto ganador del «concurso de proyectos para el Memorial en Cuelgamuros», que ha sido la propuesta realizada por la empresa Pereda Pérez Arquitectos y Lignum S.L. y que lleva bajo lema 'La Base y la Cruz'. Iñaqui Carnicero, amigo de la infancia de Pedro Sánchez y secretario general de Agenda Urbana y Vivienda, fue el designado para ser presidente del jurado que ha determinado el proyecto ganador y que será con el que el Gobierno trate de «resignificar» el Valle de los Caídos.

Un análisis pormenorizado de la propuesta galardonada por el ministerio revela que existen una serie de modificaciones estructurales que, de llevarse a cabo, supondrían una extralimitación en las capacidades del Gobierno a la hora de intervenir sobre el entorno de la basílica y sobre el propio templo religioso.

'La Base y la Cruz' propone eliminar la escalinata de entrada a la basílica y sustituirla por un circulo que permita una visión hacia el cielo y una grieta «para crear una gran sombra, una gran grieta que facilita el encuentro, que invita al diálogo, y que invita a una visión más plural, más democrática, donde se incluyan muchas perspectivas», según explicó el propio Carnicero en rueda de prensa.

Del mismo modo, el secretario general de Agenda Urbana desveló que la intención de esta nueva estancia es «reordenar las circulaciones y que se pueda acceder al interior de la basílica». Por lo tanto, no solo la escalinata exterior del templo sería eliminada, sino también la propia puerta de entrada, de modo que el acceso se debería llevar a cabo por este lugar pensado como un «espacio museográfico y pedagógico» de carácter laico, y politizado con contenidos relacionados a la visión de «memoria histórica» del Gobierno.

Esta modificación, tanto estructural como funcional y organizativa, impediría el normal desarrollo de eventos litúrgicos dentro de la basílica, tales como el Corpus, o el Domingo de Ramos y otras más habituales como las bodas o las salidas en procesión. Este hecho supone un «atentado contra la libertad religiosa de los fieles, y la sacralidad e inviolabilidad de los templos», ya que la intervención en la parte externa de la basílica afecta indudablemente al interior del templo sagrado.