El Papa ha explicado cómo reza, qué echa más de menos y cómo afronta su ancianidad.
Las confesiones del Papa Francisco en Roma, lejos de su «Buenos Aires querido»
Cómo reza un Papa cargado de preocupaciones, la añoranza de su tierra o la mirada tierna a su propia ancianidad, son algunas de las confesiones que Francisco ha hecho a su antiguo encargado de prensa en el obispado de Buenos Aires
La vieja Europa, tan acostumbrada a papas regios con varias espadas y otros tantos Estados en su mano; tan acostumbrada a palios y sillas gestatorias de tronío y distancia cuasidivina; acostumbrada al guante blanco, al gesto medido y a la discreción confundida con secretismo, no vio venir un papa de ultramar, con otras formas y otros andares más alejados de las principescas formas que de la normalidad y el hablar de la calle.
Todo lo que no pudimos saber de los antecesores de Francisco, se ha convertido en información casi diaria de la cotidianidad de un pontífice prácticamente desnudo frente a una opinión pública que compara sin datos y con cierta nostalgia de sus prejuicios alimentados en Facebook con páginas apocalípticas y antipapistas. Porque los prejuicios, como la sangre, inevitablemente, nos delatan.
El Santo padre lo ha vuelto a hacer. Ha concedido una nueva entrevista, esta vez al sacerdote argentino Guillermo Marcó, su antiguo encargado de la Oficina de Prensa del Arzobispado de Buenos Aires durante 10 años, mientras Bergoglio era el titular de la diócesis, así que había cercanía; esa que tantos críticos le echan en cara, pero que a la gente sencilla le conmueve, porque le reconocen con «uno de ellos».
«Mi corazón es un depósito, está lleno de cosas que guardo. Tengo que ampliar las estanterías a cada rato. En eso soy medio coleccionista en el buen sentido de la palabra, no quiero perder nada de lo bueno que la gente me da. La gente te gratifica tanto, con ejemplos, con palabras, con uno o dos hechos. El cura está para enseñar a la gente, pero yo creo que es mucho lo que aprendemos de la gente si los miramos».
Así comienza la entrevista del Papa Francisco en Marcó tu semana, de la tele a las redes, el podcast producido por Marcó.
Si no rezas a la mañana, no rezas más, porque te agarra la picadora de carne
El coloquio se centró en cuestiones personales del Pontífice: su vida espiritual, su etapa fuera de la Argentina añorada. Al ver que todos estos temas eran tratados en otros medios, prefirió hablar sobre tópicos «de la vida más simple», planteándole «preguntas que yo muchas veces me hago, porque cuando conoces a alguien, sabes cómo vivía, sabes cómo rezaba», reconocía Marcó en la presentación de su podcast.
Rezar por la mañana
A la pregunta por la oración, Bergoglio ha respondido que «la oración de obispo es cuidar el rebaño para decirlo en términos evangélicos, y el Papa es un obispo, así que sigue con el mismo estilo. Es similar: pedir, interceder, agradecer por todo el bien que se hace».
Marcó le preguntó si seguía siendo un madrugador de la oración, a lo que el Papa ha contestado afirmativamente: «Sí, eso sí, porque si no rezas a la mañana, no rezas más, porque te agarra la picadora de carne».
Callejear por Buenos Aires
Lo que Francisco más extraña de la capital argentina es la posibilidad de callejear, como él mismo ha explicado:
«Allá en Buenos Aires o iba caminando o iba en el bus. Acá las dos veces que tuve que salir me agarraron in fraganti. Dos veces, en invierno. Siete de la tarde que no pasa nada, todo oscuro... Cuando fui a la óptica una señora desde el balcón gritó ‘¡El Papa!’, y ahí se acabó. Y cuando fui a la disquería que no había nadie -fui a bendecir porque era una disquería de amigos que la habían reestructurado y todo- la gente me pidió ‘¿Por qué no viene usted que nos ayudó tanto?’. Entonces yo fui. Oscuro... Tanta mala suerte que justo ahí hay una parada de taxis cerca, había un periodista esperando a un amigo para tomar un taxi».
Yo, a esta edad, me río de mí mismo y sigo adelante
Cómo se vive la responsabilidad
Respecto a su estado espiritual ante su misión al frente de la Iglesia, el Papa ha afirmado que «el Espíritu Santo te da muchos frutos, pero nunca se habla de que te anestesia. Y a veces, siento que estás anestesiado frente a situaciones que te harían sufrir mucho y, sin perder la situación, poder moverte».
Las crisis nos hacen crecer
Otro de los temas tratados ha sido la gestión de las crisis: «Una de las cosas que aprendí acá es que no sabemos manejar las crisis, y las crisis son las que nos hacen crecer. Cuando transformas una crisis en conflicto, perdiste. La unidad es mayor al conflicto, o sea, el conflicto te reduce», ha declarado.
Audiencia del Papa Francisco
«Debemos sentir la responsabilidad de visitar a los ancianos, que a menudo están solos»
La ancianidad en primera persona
Por último, aprovechando las catequesis sobre las personas mayores, que Francisco comenzó el 23 de febrero de este año durante las Audiencias Generales, Marcó le ha preguntado por cómo afronta esta etapa de su vida: «Yo, a esta edad, me río de mí mismo y sigo adelante», manifestó el Papa.
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