El aumento del precio del papel aflige a la prensa escrita
Los periódicos, enredados en su propia crisis, asisten al encarecimiento de esta materia como penúltima batalla de una situación límite
Menos libros: editoriales españolas retrasan sus ediciones por la crisis del suministro de papel
A perro flaco, todo son pulgas. La escasez de algunas materias primas sigue golpeando a diversos sectores económicos. En el caso del papel, la falta de celulosa, con cuyas fibras se fabrica, unido al encarecimiento del precio de la luz y a la propia situación pospandemia, que ha afectado a, entre otros procesos, la fabricación y el precio de los transportes, ha provocado un fuerte aumento de los costes.
Imprimir periódicos es a día de hoy más caro, una amenaza más para un sector que lleva años caminando en el alambre mientras atraviesa su particular travesía en el desierto. Resulta revelador que ni la AMI (Asociación de Medios de Información), que reúne a los medios españoles mayoritarios, ni ASPAPEL, la patronal del papel, hayan querido responder a las preguntas de El Debate.
Causas y consecuencias
La industria papelera, encargada de fabricar el papel y cartón que se utilizan para libros, periódicos o revistas, está sufriendo en sus carnes la subida del precio de la luz, ya que este sector es de los que más energía consume.
El primer confinamiento decretado tras el estallido de la pandemia trajo dos consecuencias indeseables para la estabilidad: primero, la fabricación experimentó un parón, con la consiguiente reducción del stock. Y segundo, el espectacular aumento de los envíos online, que se surten de paquetería.
A ello hay que añadir los costes de transporte, motivados por diferentes causas, entre ellas las normas pospandemia, generaron retrasos y atascos de mercancías internacionales, como el papel importado de China.
Un aumento de récord
El aumento de la demanda provocó recientemente que las tres bases de suministro de papel y cartón situadas en Suecia, Finlandia y Canadá hayan subido sus precios en hasta un 30 % durante los últimos seis meses.
Según un reciente reportaje de The Economist, los niveles de aumento son de récord, lo que coloca a los periódicos que todavía luchan por sobrevivir entre la espada y la pared.
Desde que los anunciantes y gran parte de los lectores se trasladaron a Internet, los diarios perdieron el apoyo de las fábricas de papel, ya que según su circulación disminuía, con reducción de paginación o cierre definitivo, las ganancias no compensaron las pérdidas.
La situación está lejos de ser agradable para los editores de prensa, agrupados en la AMI (Asociación de Medios de Información, antigua AEDE), que contactados por El Debate, han declinado hacer declaraciones sobre la crisis del papel, remitiéndose a la patronal de los fabricantes.
Sin embargo, un portavoz de la patronal ha optado por guardar silencio tras el requerimiento de este medio: «En cumplimiento de las normas de competencia, ASPAPEL no hace comentarios sobre la situación del mercado».
Un sector en crisis
Entre los diarios impresos, el consumo de prensa en España evidencia una tendencia recesiva general que se repite en los últimos años.
Marca se posicionó como el periódico de mayor alcance con una audiencia aproximada a los 895.000 lectores durante el periodo comprendido entre enero y noviembre de 2021.
El País, con 751.000 lectores, El Mundo, con 468.000 y La Vanguardia, con 399.000, completan el cuadro de honor.