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03 de mayo de 2024

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hepatitisEuropa Press

La mortalidad por hepatitis viral aumenta en el mundo, pero en España baja la incidencia

La de tipo B resiste como la más letal, suponiendo el 83 % de las muertes por esta enfermedad, seguida por la de tipo C, responsable del 17 % de los fallecimientos

Cerca de 1,3 millones de personas murieron por hepatitis viral (A, B, C, D o E) en el mundo en 2022, un aumento de 200.000 defunciones en solo tres años. Estos datos se deben a que el número de pacientes diagnosticados y en tratamiento se ha estancado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En un nuevo informe presentado por la agencia sanitaria, han analizado por primera vez la epidemiología de las hepatitis víricas, es decir, la forma en que se ha expandido esta enfermedad a nivel global.
El análisis, con datos de 187 países, indica que 254 millones de personas vivían con hepatitis B y otros 50 millones con hepatitis C en 2022, último año del que se tienen datos completos, lo que contrasta mucho con los porcentajes de diagnóstico: el 13 % y el 36 % de estas personas, respectivamente.
Esta situación hace que las hepatitis víricas, entendidas como la inflamación y deterioro del hígado a causa de un virus, se mantengan como la segunda enfermedad infecciosa con mayor mortalidad, al mismo nivel que la tuberculosis y solo por detrás de la covid, señala la OMS.
La hepatitis de tipo B resiste como la más letal, suponiendo el 83 % de las muertes por esta enfermedad, seguida por la de tipo C, responsable del 17 % de los fallecimientos.

Acceso universal a los tratamientos

Si se habla de transmisión e infección, África se sitúa como número uno con un 63 % de las nuevas infecciones anuales por hepatitis B. Por países, Bangladesh, China, Etiopía, Rusia, Filipinas, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán y Vietnam soportan solo entre ellos casi dos tercios de la carga mundial de hepatitis B y C.
A pesar de que la situación es grave en la mayor parte de los territorios, España está en un terreno más favorable. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, en 2022, 1.962 pacientes fueron diagnosticados. En 2023, el número de pacientes tratados fue de 1.664; 298 menos, lo que supone un 15 por ciento menos en un año.
Ante esta situación, la OMS sostiene que lograr el acceso universal a la prevención, diagnóstico y tratamiento en estos diez países para 2025, junto con una intensificación de los esfuerzos en la región africana, es esencial.
Así, Françoise Renaud, responsable del departamento de Sanidad y Consumo de la OMS y autora del informe, considera que los programas para combatir la hepatitis viral podrían ahorrar «mucho dinero si más países de ingresos bajos y medios pudieran comprar medicamentos genéricos a precios asequibles».
La agencia sanitaria también sugiere que es fundamental acabar con el estigma asociado al diagnóstico, proporcionando un acceso equitativo a los tratamientos a poblaciones tradicionalmente marginadas como los drogodependientes, los migrantes, los hombres homosexuales o las trabajadoras sexuales.
También recuerda que se debe reforzar la prevención de las hepatitis víricas en los recién nacidos y niños en situación de riesgo por transmisión durante el embarazo de la hepatitis B.
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