Un pez araña enterrado bajo la arena
Alerta en estas playas de España por el pez escorpión: cómo es y qué hacer si te pica
Su tamaño no supera los 30 cm, lo que le convierte en el animal marino más pequeño de toda su familia
La temperada de vacaciones de verano ya ha empezado, y, con ella, los desplazamientos a las costas españolas. En la playa hay que tener ciertas precauciones. Entre ellas están no quemarse, bañarse solo cuando las banderas permitan y estar muy pendiente de lo que hay dentro del mar. Aunque al leer esta última recomendación lo primero que se te venga a la cabeza son las medusas, lo cierto es que hay animales marinos que pican mucho más. Es el caso del pez escorpión.
El también llamado pez araña, faneca brava o escarapote y conocido científicamente por el nombre Trachinus draco, es un animal marino que vive en las aguas del Atlántico oriental –desde el golfo de Vizcaya hasta Senegal–, el Mediterráneo, el Cantábrico y el Mar Negro. Entre las peculiaridades está su tamaño, que no supera los 30 cm, lo que le convierte en el pez más pequeño de toda su familia. Además, tiene unas pequeñas espinas en la aleta dorsal, conectadas a sus glándulas venenosas y por vivir semienterrado en la primera línea del mar.
Su aspecto es algo peculiar. Posee un cuerpo alargado y comprimido lateralmente. Su color suele ser amarillo parduzco o grisáceo con mancas para poder camuflarse por la parte dorsal y más claro, rozando el blanco por la ventral. En cuanto a su cabeza, es aplanada, con una boca muy grande dirigida hacia arriba. En cuanto a los ojos, son grandes.
Faneca brava
El conjunto de su ser hace que este pez tenga mucha facilidad para camuflarse, lo que provoca que muchos bañistas terminen pinchándose con sus espinas y, como consecuencia, absorbiendo el veneno que desprenden, lo que les produce síntomas como hinchazón, desmayos, sudoración excesiva, dolor, fiebre y dificultad para respirar.
Su veneno no es mortal, por lo que si nos pica, lo primero que tenemos que hacer es tranquilizarnos. Los expertos aseguran que el veneno desaparece con el calor, por lo que si estamos a más de 40 grados, lo normal es que en 15 minutos el dolor haya desaparecido. Si esto no ocurre, lo más acertado es acudir lo antes posible a un médico.