Imagen de un camarero vertiendo aceite de oliva virgen extra en el bar El Gallo de Oro, junto al Mercado Central de Valencia
Los consumidores desconfían del aceite de oliva africano: «Compro el español para que no me den gato por liebre»
Los vendedores del Mercado Central de Valencia explican a El Debate que apuestan por el producto nacional porque «es el mejor» y «no lleva mezclas»
Lograr un consenso en España no es un acontecimiento que se dé con demasiada asiduidad en diversos ámbitos. Por ejemplo, en lo futbolístico, la gente tiende a encasillar a sus interlocutores como aficionados del Real Madrid o del Barcelona y, en el caso de no ser de ninguno de estos equipos la pregunta suele ser cuál de prefiere que gane en un partido entre los dos. La política no es ajena a esta división, siendo uno de derechas o de izquierdas. Y así se podrían enumerar un sinfín de ejemplos hasta llegar al del aceite, que suscita una práctica unanimidad: «El aceite de oliva virgen extra (AOVE) de España es el mejor del mundo. No hay otro igual».
Esta contundente afirmación la realiza a El Debate Matías, un comprador del Mercado Central de Valencia, el emblemático lugar de la capital del Turia donde se a desplazado este periódico para palpar a pie de calle la opinión de consumidores y vendedores en un contexto en el que proliferan otros aceites de países africanos como Marruecos o Túnez.
Al respecto, Matías continúa con su exposición, aseverando que «siempre» ha comprado oro líquido de origen nacional: «Cuando hace unos años el preció se disparó y era un lujo comprar aceite de oliva virgen extra, nosotros en casa no dejamos de tener. Lo gastamos desde para las tostadas de la mañana hasta en la ensalada por la noche», especifica.
En la misma línea se expresa Toni, un «enamorado» el aceite patrio, hasta el punto de que organiza «catas con amigos un par de veces al año» para degustar varias clases de este producto. Hablando en las escaleras del Mercado Central a escasos metros de la Lonja, uno se da cuenta de que domina el tema: «Mucha de nuestra producción se la vendemos a Italia y allí ellos ponen sus etiquetas y lo venden como si fuera italiano, pero es español», describe.
Imagen de olivas españolas en aceite de oliva nacional que venden en la parada Olivas Alabau del Mercado Central de Valencia
Asimismo, insta a «promocionar más» el aceite el AOVE de aquí porque es «único» y «lo saben en todo el mundo». Consecuentemente, el cliente rechaza comprar otro aceite de fuera las nuestras fronteras: «Con algunos quesos o carnes de fuera no tengo problema, pero no con el aceite no y menos de Marruecos. No me fío», zanja.
Opinión de comerciantes
Al citado consenso también se suma Nuria, quien, a preguntas de El Debate, deja clara su postura a las primeras de cambio :«¿Aceite africano o español? Español, claro. No he comprado nunca otro para que no me den gato por liebre. No cocinaría ni usaría aceite africano o de otro sitio. No sé o que llevan, si han tenido controles ni si están en buenas condiciones o no. Español, más fácil y mejor», reivindica.
Respecto a los comerciantes, el clima de opinión no varía nada. Buen ejemplo de ello es Luis, responsable de la parada Olivas Alabau: «El aceite de oliva español es, simplemente, mejor que otros porque no se hacen nada de mezclas, es puro», explica. Y ahonda: «Se utiliza un cepaje especial para ello. No se va cortando ni economizando dinero por ningún lado». Como muestra de coherencia, indica que en su negocio ofrece a los clientes un AOVE de Jaén: «Es aceite de oliva virgen extra de verdad, de muy buena calidad. Apuesto siempre por el producto local», remarca.
Imagen de la parada Sazonarte del Mercado Central de Valencia, que vende aceite de oliva virgen extra de Altura, Castellón
A unos pocas paradas de distancia, Mónica, que está al frente de Sazonarte, también apuesta por el producto español y nombra algunas de las razones para esa elección: «Es algo básico porque con otros aceites no sabemos qué cortes, filtros y mezclas que llevan. El nuestro es 100 % virgen extra de la cooperativa de Altura, en Castellón», comenta, a la par que alerta de que aceites procedentes de otras latitudes «suelen ser de un noventa y algo por ciento».
Fuera del Mercado Centra de Valencia, pero a escasos pasos, los cuatro dueños del bar El Gallo de Oro están de enhorabuena. El motivo bien lo merece, ya que están inaugurando el negocio y, además, los clientes lo están llenando y sus caras dejan a las claras que la experiencia está siendo más que buena. En un momento entre atender a los consumidores y seguir recibiendo felicitaciones, uno de los propietarios, Arturo, se para y atiende a El Debate, eso sí, sin dejar de echar un ojo a la marcha del trabajo:
«Nuestro modelo de negocio se basa en hacer un homenaje al Mercado Central ofreciendo productos de máxima y de proximidad. Por tanto, naturalmente el aceite es básico en nuestra carta y es español. No hay otro igual, es el mejor del mundo y los clientes pueden estar seguros de que el aceite que llevan nuestros platos es aceite de oliva virgen extra de España», se reafirma. Estas palabras se demuestran con hechos mientras Arturo habla, ya que un camarero vierte un generoso chorro de aceite en un recipiente con cebolla, aceitunas y demás productos que, durante no pocos segundos, se van empapando del oro líquido nacional.