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20 de abril de 2024

En los próximos 10 años habrá un importante aumento de lanzamiento de satélites comerciales

Varios satélites han caído a la Tierra antes de cumplir su clico de vida en los últimos mesesPixabay

Espacio

Cada vez más satélites caen repentinamente a la Tierra... y este es el motivo

Pese a que las sondas que son lanzadas a la órbita baja tienden a sentirse atraídas hacia la superficie terrestre por la fuerza de gravedad, las agencias evitan su hundimiento mediante propulsores y dispositivos especiales

Los cientos de satélites que se encuentran en la órbita baja terrestre –es decir, entre 120 y 2.000 kilómetros sobre la superficie– tienden a caer de manera natural hacia la Tierra debido a la gravedad. Esta condición obliga a los científicos a realizar cálculos para que, a través de dispositivos como propulsores, las sondas que son enviadas al espacio puedan recuperar su órbita y evitar en consecuencia que se hundan. Sin embargo, en los últimos meses son varios los aparatos que se han desplomado de manera inesperada pese a no haber completado todavía su ciclo de vida. Y los expertos han encontrado al culpable: el Sol.
Los llamados máximos solares son los momentos de mayor actividad durante los 11 años que duran las variaciones de la estrella que ilumina nuestro planeta. En ese proceso, las erupciones solares y las eyecciones coronales de masa, entre otras cosas, son mayores y más potentes. El Sol se encuentra en estos momentos en su máximo solar y, por si fuera poco, es mucho más intenso de lo que se esperaba.
Pero, ¿cómo afecta esto a los satélites? Según las agencias espaciales, las erupciones pueden incidir directamente sobre la atmósfera superior de la Tierra al desplazar el aire más denso hacia altitudes más altas. Esto genera una mayor resistencia para los satélites, lo que a su vez reduce la velocidad de los mismos y provoca, en consecuencia, que la gravedad consiga atraerlos hacia la Tierra.
«Es casi como correr con el aire en contra», describe para Space.com Anja Stromme, directora de la misión Swarm, una constelación de tres satélites que monitorizan el campo magnético terrestre, pero cuya órbita ha descendido diez veces más de lo previsto desde finales de 2021.
Otros ejemplos de aparatos que recientemente han sido víctimas de este efecto han sido los de la compañía aeroespacial SpaceX, que en febrero perdió cuarenta satélites de su megaconstelación Starlink a causa de una tormenta solar. Según Stromme, de hecho, las naves que orbitan alrededor de los 400 kilómetros de altura tienen altas posibilidades de sufrir problemas, e incluso la propia Estación Espacial Internacional tendrá que llevar a cabo maniobras de reflotes próximamente para no sucumbir al fenómeno.

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