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20 de abril de 2024

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Ciencia

Cómo una peculiaridad evolutiva dio a los humanos la voz que no tienen los simios

La simplificación de la laringe nos permitió tener un excelente control del tono

Científicos japoneses han identificado ciertas modificaciones evolutivas que diferencian a los humanos de los primates en una cualidad básica como es el habla gracias a una estructura única de la laringe.
Los investigadores examinaron la laringe de 43 especies de primates y descubrieron que los monos carecen de una estructura anatómica llamada membrana vocal y parecida a pequeñas extensiones en forma de cinta de las cuerdas vocales.
Por su parte, los humanos no tienen los sacos de aire que ayudan a algunos simios y monos a producir llamadas fuertes y resonantes, así como evitar la hiperventilación.
La pérdida de estos tejidos provocó una fuente vocal estable en los humanos fundamental para la evolución del habla. Esta simplificación permitió a los humanos tener un excelente control del tono con sonidos del habla largos y estables.
«Argumentamos que las estructuras vocales más complicadas en los primates no humanos pueden dificultar el control de las vibraciones con precisión», comentó el primatólogo Takeshi Nishimura del Centro para los Orígenes Evolutivos del Comportamiento Humano de la Universidad de Kyoto, autor del estudio publicado en la revista Science.
«Las membranas vocales permites que otros primates hagan llamadas más fuertes y agudas que los humanos, pero hacen que las interrupciones de la voz y la irregularidad vocal ruidosa sean más comunes», añadió Tecumseh Fitch, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Viena.
El linaje evolutivo que condujo a nuestra especie, el Homo Sapiens, se separó del que condujo a nuestros parientes vivos más cercanos, los chimpancés, hace aproximadamente seis o siete millones de años, aunque los cambios en la laringe ocurrieron algún tiempo después.
Solo se incluyeron las especies vivas en el estudio ya que los tejidos blandos no se conservan en los fósiles, lo que también impide saber cuándo ocurrieron los cambios. Los investigadores creen que podría haber sido con la aparición del Australopithecus, que combina rasgos de los simios y los humanos, y que apareció hace aproximadamente 3,85 millones de años.
Si bien esta simplificación evolutiva de la laringe fue fundamental, «no nos dio el habla por sí misma», reveló Fitch, para lo cual fueron necesarios otros cambios anatómicos. Los mecanismos para producir sonidos en las personas y las primates son similares, con el aire de los pulmones impulsando las cuerdas vocales.
«El habla y el lenguaje están muy relacionados, pero no son sinónimos», dijo el primatólogo y psicólogo Harold Gouzoules, de la Universidad de Emory, que escribió un comentario en el artículo que acompaña al estudio. «El habla es la forma audible de expresión del lenguaje basado en el sonido y solo los humanos entre todos los primates pueden producirlo».
«Creo que es bastante interesante que a veces en la evolución 'menos es más', que al perder un rasgo se puede abrir la puerta a nuevas adaptaciones», concluyó Fitch.
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