Fundado en 1910

17 de mayo de 2024

La nave Starship espera en la rampa de lanzamiento de Boca Chica (Texas)

La nave Starship, preparada en la plataforma de lanzamiento de Boca Chica (Texas), el pasado abrilSpaceX

SpaceX confirma para este viernes el segundo lanzamiento de la meganave Starship, que explotó en abril

La compañía de Elon Musk obtiene los permisos necesarios para el despegue tras siete meses de cambios e inspecciones

Siete meses después de que se autodestruyera a 40 kilómetros de altura por un fallo en el sistema de separación de sus dos etapas, la nave espacial Starship, la más grande jamás construida, volverá a afrontar su segunda prueba orbital este viernes.
Esa es, al menos, la intención de SpaceX, la compañía espacial propiedad de Elon Musk, que tras varios días dando por hecho que los permisos regulatorios de los que dependían se concederían a tiempo para consumar un nuevo intento este viernes, confirmó ayer la configuración del calendario según lo previsto.
«La segunda prueba de vuelo de una Starship totalmente integrada tendrá lugar el viernes 17 de noviembre. La ventana de lanzamiento se abrirá durante dos horas a las 7:00 a. m. CT [14 horas en España]», anunció la empresa con sede en Los Ángeles en su página web.
La decisión es consecuencia del visto bueno de la Administración Federal de Aviación (FAA), la instancia encargada de la seguridad aérea y la concesión de permisos de vuelo de EE.UU, que se ha asegurado de que los cambios realizados por SpaceX para este segundo vuelo cumplan todos los parámetros y requisitos de seguridad necesarios.
La FAA, que entregó a Musk una lista de 67 cambios indispensables tras la prueba fallida del pasado 20 de abril, había concluido su inspección a finales de octubre, pero todavía quedaba la del Servicio de Pesca y Vida Silvestre, la agencia medioambiental que debía supervisar que la potencia del lanzamiento no provocaba daños al entorno natural de la zona de lanzamiento, como ocurrió hace siete meses.
Infografía de la nave Starship

Infografía de la nave StarshipKindelán

En esa ocasión, la potencia de los motores infligió graves destrozos a la plataforma de despegue, sita en Boca Chica (Texas), muy cerca de la frontera con México. Decenas de cascotes salieron despedidos en todas direcciones como consecuencia de la activación de 30 de los 33 motores Raptor (tres de ellos no llegaron a encenderse) del cohete Super Heavy, que propulsa la nave. Como consecuencia, también se levantó una inmensa nube de polvo que cubrió los humedales de la zona.
Para evitar que eso vuelva a ocurrir, SpaceX ha instalado un sistema de agua a presión para sofocar las llamas de la ignición. Y para asegurar que este segundo vuelo sale mejor que el primero y concluye exitosamente, la compañía ha cambiado el mecanismo de separación de etapas (lo que provocó en última instancia el fracaso de la prueba) y el Control de Vector de Empuje (que se incendió durante el ascenso, lo que provocó que los tres motores del Super Heavy fallaran), entre otras muchas cosas. En total, según reveló Musk, son cerca de 1.000 los cambios y ajustes que se han acometido, y la FAA ha valorado que todos ellos «reúnen todos los requisitos de seguridad, medioambientales y de responsabilidad y política financiera», comunicó la agencia en X.
La expectación ante el nuevo intento es máxima, en gran medida porque la Starship será la nave que llevará a la Luna a los primeros astronautas desde 1972, una misión -la Artemis 3 de la NASA- prevista para no antes de diciembre de 2025. Un nuevo revés podría retrasar el programa espacial de la agencia, u obligarla a buscar alternativas en el peor de los casos. Sin embargo, Musk, que consideró la primera prueba un éxito porque la nave consiguió salir de la plataforma de lanzamiento y llegar a una altura considerable, ha revelado que la prueba -que será retransmitida en directo- tiene muchas más probabilidades de salir bien ahora.
Al igual que en abril, la hoja de ruta de SpaceX es conseguir que la Starship alcance la órbita y efectúe una vuelta casi completa al globo que durará 90 minutos. Transcurridos casi tres minutos desde el despegue, la nave se desacoplará del propulsor y emprenderá su travesía en solitario. El cohete realizará un amerizaje controlado en el Golfo de México, mientras que, si todo sale bien, al cabo de una hora y media la Starship caerá sobre el Pacífico, cerca de Hawái.

Hasta Marte y más allá

Con una altura de 120 metros y capaz de llevar hasta 150 toneladas de carga, los planes de Elon Musk para hacer rentable la Starship pasan por transportar cargamento al espacio y realizar vuelos entre distintos puntos del planeta en cuestión de minutos.
Con ella, el magnate sudafricano espera llegar algún día trasladar personas a Marte «y más allá», lo que no fue otra cosa que la inspiración que le llevó a fundar SpaceX en 2002 para convertir a la humanidad en una especie multiplanetaria.

Temas

Comentarios
tracking