
Imagen con rayos X de Chandra (magenta), datos de luz óptica de Hubble (naranja, azul claro), datos infrarrojos de ESO (dorado, azul oscuro) y datos ultravioleta de GALEX (morado) de la Nebulosa de la Hélice
Misteriosa señal de rayos X: ¿evidencia de un planeta devorado por su estrella?
Este estudio, realizado por el CSIC, indaga en posibles finales de los planetas del sistema solar
La destrucción de un planeta es la posible causa de la señal de rayos X emitida por una estrella moribunda, según un estudio científico coliderado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAA-CSIC) tras décadas rastreando este enigmático rastro.
Los expertos, según ha informado el IAA-CSIC en una nota de prensa este miércoles, podrían así «haber encontrado finalmente su origen: la destrucción de un planeta cercano».
Aunque actualmente el Sol tiene unos 4.600 millones de años y se espera que pasen 5.000 millones de años más antes de agotar su hidrógeno y evolucionar hacia una gigante roja, este estudio indaga en posibles finales de los planetas del sistema solar.
Cuando una estrella como el Sol se acerca al final de su vida, su destino está marcado por un proceso de transformación que se describe como imparable. Tras agotar su combustible, estas estrellas expulsan sus capas exteriores al espacio, dando lugar a una nebulosa planetaria.En el centro, queda una enana blanca, el remanente estelar denso y caliente, que emite radiación ultravioleta. Esta radiación ilumina e ioniza el gas a su alrededor, creando las estructuras brillantes que caracterizan a estas formaciones cósmicas.
Desde los años 80 del siglo pasado, distintas misiones de rayos X han detectado una señal inusual desde la estrella central de la Nebulosa de la Hélice, una de las nebulosas planetarias más cercanas a la Tierra.
El IAA-CSIC ha formado parte de este estudio, recientemente publicado en la revista científica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, que podría haber resuelto el enigma de esta señal.
«En este trabajo interpretamos la emisión de rayos X duros en una enana blanca como el resultado de la acreción de material planetario», ha señalado el investigador del IAA-CSIC y segundo autor del trabajo, Martín A. Guerrero.
«Finalmente hemos encontrado una conexión entre la emisión en rayos X duros de una enana blanca y los procesos de destrucción o supervivencia de un sistema planetario en torno a esta», ha aseverado Guerrero.