Centro Espacial Kennedy de la NASA, en el Cabo Cañaveral (Florida)
Ciencia
Un mes del «cierre» de la NASA: misiones bloqueadas, despidos y amenazas al liderazgo espacial de EE.UU.
El pasado 1 de octubre entró en vigor el cierre temporal de la agencia después de que Demócratas y Republicanos no lograran llegar a un acuerdo para aprobar el proyecto de ley de gastos de la Administración Trump
Para todos los amantes del espacio, este mes de noviembre es uno de los más dramáticos en lo que a la investigación científica se refiere. Basta con acceder a la página web de la NASA para entender la crítica situación que atraviesa la exploración espacial. «Debido a la interrupción de la financiación del gobierno federal, la NASA no está actualizando este sitio web» se puede leer en la parte superior de la página de la agencia, reflejando el impacto directo de la falta de fondos aprobados por el Congreso de EE.UU. que obligó a paralizar casi por completo las operaciones de la institución.
Tenemos que retroceder un mes exacto. El pasado 1 de octubre entró en vigor el cierre temporal de la agencia después de que Demócratas y Republicanos no lograran llegar a un acuerdo para aprobar el proyecto de ley de gastos de la Administración Trump. A esto hay que sumar que de cara a 2026 la propuesta presupuestaria plantea una reducción del 24 % del total destinado a la NASA, y un ajuste aún más drástico del 47 % en su programa científico.
Imagen de la página web de la NASA, la cuál se encuentra actualmente cerrada
Para entender cómo se llegó a este punto, es necesario remontarse al mes de julio, cuando la cadena CBS News adelantó que cerca de 4.000 empleados habían solicitado abandonar voluntariamente la agencia. Esta decisión se enmarcaba en la segunda fase de un programa federal de renuncias voluntarias promovido durante el gobierno estadounidense. A través de este plan, los trabajadores podían acogerse a una salida diferida que les permitía continuar recibiendo su salario durante varios meses tras la renuncia.
No obstante, la situación continuó empeorando de forma alarmante. A los casi 4.000 trabajadores que se acogieron al programa de renuncias se suman ahora cerca de 15.000 empleados enviados a casa sin remuneración, afectados directamente por el parón presupuestario.
Ahora, meses después del inicio de las tensiones económicas, está previsto que 550 empleados del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL por sus siglas en inglés) pierdan también su empleo como parte de la reestructuración de la agencia. Esta medida supondrá el despido del 11 % de la plantilla del JPL, siendo la tercera reducción de personal del centro en los últimos dos años.
«Estos despidos... son una auténtica tragedia. Cada despido devasta la fuerza laboral altamente calificada y excepcionalmente talentosa que ha hecho posibles estos logros. Sumado a los despidos del año pasado, esto resultará en una pérdida incalculable de conocimiento y experiencia científica que amenaza el futuro mismo del liderazgo estadounidense en la exploración espacial y el descubrimiento científico», señaló la congresista demócrata Judy Chu.
Logotipo de la NASA en la entrada del Complejo de Visitantes del Centro Espacial Kennedy en Merrit Island, Cabo Cañaveral, Florida
En resumidas cuentas, de los cerca de 20.000 empleados que componen la agencia, actualmente solo se encuentran trabajando unas 3.000 mientras dure este parón, siendo la Estación Espacial Internacional (EEI), las operaciones satelitales y las misiones Artemis los puntos donde se está centrando la agencia.
La NASA apuesta su única bala a la Luna
A pesar de los recortes que atraviesa –y atravesará– la agencia, tanto el administrador interino, Sean Duffy, como el propio Donald Trump han escenificado que el regreso del ser humano a la Luna en 2027 –con la Misión Artemis III– sigue siendo una de las grandes prioridades de este mandato.
Sin ir más lejos, en los últimos días el propio Duffy amenazaba con abrir el contrato que tenía firmado con SpaceX como consecuencia de sus últimos retrasos.
«El problema es que se están retrasando. Han extendido sus plazos y estamos en una carrera contra China. El presidente y yo queremos llegar a la Luna durante este mandato, así que voy a abrir el contrato», afirmó el administrador de la agencia.
Aunque Duffy dijo que SpaceX es «una compañía increíble» que le encanta, recordó que la prioridad es llegar lo antes posible a la Luna, independientemente de la compañía espacial escogida. Mencionó a Blue Origin, la compañía espacial de Jeff Bezos, como una de las potenciales opciones.
«Si SpaceX se retrasa y Blue Origin puede hacerlo antes que ellos... ¡Bien por Blue Origin!», añadió Duffy.
Desgraciadamente, la falta de fondos que sigue sufriendo la agencia llega en uno de los momentos más cruciales de la historia de la exploración espacial, con el regreso a la Luna prácticamente a la vuelta de la esquina.
Asimismo, cabe recordar que este no es un hecho sin precedentes. Ya en 2018, durante la primera presidencia de Donald Trump, la agencia espacial vivió un episodio similar de cierre, que se prolongó durante algo más de un mes debido a otra crisis presupuestaria. Entonces, como ahora, las tensiones políticas en el Congreso derivaron en la paralización de numerosos programas gubernamentales, siendo la NASA una de las entidades más visiblemente afectadas.