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Nebulosa SDSO-1 de la Vía Láctea

Nebulosa SDSO-1 de la Vía LácteaCEFCA

Ciencia

Un observatorio aragonés consigue reubicar la espectacular nebulosa de oxígeno de Andrómeda

El Centro de Estudios de Física del Cosmos (CEFCA) de Javalambre (Teruel) ha determinado, junto con el Gran Telescopio de Canarias, que la nebulosa SDSO-1, formada por oxígeno y situada junto a Andrómeda, pertenece a la Vía Láctea.

El trabajo ha sido liderado desde el CEFCA y los datos utilizados provienen del Observatorio de Javalambre y del Gran Telescopio Canarias.

En enero de 2023, un grupo de astrónomos aficionados sorprendió con una nueva imagen de Andrómeda, de muy larga exposición. Tras más de 130 años desde la primera fotografía de la galaxia espiral más cercana a La Tierra, esta vez había algo nunca visto a su lado un enorme arco azul de oxígeno, muy tenue y casi tan grande como ella.

Fue bautizado como SDSO-1 y ahora una investigación liderada por un equipo del Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (CEFCA) ha resuelto el misterio de su procedencia.

«La primera pregunta estaba clara: ¿era una nebulosa gigante realmente cercana a Andrómeda o una más pequeña dentro de la Vía Láctea? Podría ser casualidad su localización aparente junto a nuestra galaxia vecina», ha comentado el jefe del grupo de astrofísicos que ha llevado a cabo la investigación, Alejandro Lumbreras Calle.

Para entenderla mejor era necesario obtener nuevas fotografías de SDSO-1. El telescopio JAST80 del Observatorio de Javalambre (Teruel) posee filtros especializados diferentes a los de la foto original y es el único en Europa capaz de tomar imágenes de la nebulosa sin tener que realizar un mosaico.

Con él, los investigadores descubrieron zonas de la nebulosa donde el oxígeno había recibido menos energía, formando una estructura de capas separadas.

En nebulosas dentro de la Vía Láctea esta separación se puede ver claramente, pero es demasiado pequeña para ser distinguida en objetos más lejanos.

Otra prueba clave la obtuvieron con el instrumento 'Megara' en el Gran Telescopio Canarias, el mayor telescopio óptico del mundo. Con sus observaciones, el equipo pudo medir cómo se mueve el gas de esta tenue nube: avanza hacia nosotros muy lentamente, con velocidades de 10 a 30 kilómetros por segundo. Es la misma velocidad que muestran muchas nubes de gas dentro de nuestra propia galaxia.

En cambio, si perteneciera a la galaxia de Andrómeda, se movería muchísimo más rápido, acercándose a unos 300 kilómetros por segundo. También hallaron una tercera pista: la composición química que registraron es muy similar a la de otras nebulosas de la Vía Láctea.

El estudio también lleva a descartar que la nebulosa haya sido originada por la explosión de una estrella, otra de las teorías propuestas, ya que no se detectan los movimientos del gas que corresponderían a ese caso. Falta todavía por identificar qué hace brillar al gas de esta nebulosa.

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