
'El Hormiguero'
Simeone revela el mejor consejo que recibió de Maradona
El entrenador colchonero repasó en ‘El Hormiguero’ su carrera como jugador y como entrenador: «Fue un golazo», concede del tanto de Sergio Ramos en Lisboa
Al grito de «ole, ole, ole, Cholo Simeone» fue recibido el entrenador del Atlético de Madrid en El Hormiguero, donde las gradas estaban abarrotadas de hinchas colchoneros.
Cholo dio su palabra de que iría al programa y la cumplió, lo que no hizo Mourinho en su día.
El argentino acudió a hablar de su serie documental. Se trataba de promocionar Simeone. Vivir partido a partido, ya disponible en Amazon Prime Video.
El Cholo familiar
Mostró su lado más familiar. Habló de su hija, la que con cuatro años le escuchó decir «el fútbol es mi vida» y le corrigió: «No, papá, tu familia es la vida». Y él le dijo: «Tienes razón, tienes razón».También elogió la paciencia de su mujer, que tiene que aguantar las oscilaciones de su carácter en función del resultado: «Ya nos conocemos desde hace ocho años. Si ganamos, se come afuera. Y si se empata o se pierde, comemos adentro». ¿Cómo es el Cholo cuándo llega a casa derrotado? «Trato primero de hacer sentir que no me duele nada. Pero yo digo que si uno no sabe identificar la derrota y sufrir la derrota, no puede disfrutar nunca de la mejor manera la victoria, porque son las dos cosas en común. Si sabés festejar, tenés que saber sufrir. Yo hablo mucho con la cara».
En ocasiones reúne al núcleo familiar más cercano en la que llama «la mesa chica». Y se sinceran. Solo hay una regla: «No vale enojarse. Tenemos que hablar claramente, pero si te enojás, perdés».
En ocasiones descansa en casa viendo en la tele algo que no es fútbol, pero sí deporte: «A veces golf, polo, rugby, fútbol americano… Todo lo que sea verde», bromeó.
El manejo del vestuario
Es un líder nato. ¿Cuál es su primer mandamiento para ejercer como tal en un vestuario?: «Siempre traté de ser real. Te tienen que creer». Otro consejo: «Escucho, escucho mucho, porque es la mejor manera de aprender». Y otro más: «Cuando te entregás, las cosas normalmente salen bien».
Tolera que haya gallos en el vestuario: «Los rebeldes, los que se enojan, me encantan, porque son los que al final posiblemente te terminan dando mucho más». «Gestionamos emociones, porque los futbolistas son buenos. Pero gestionar las emociones no es fácil. Y ahí es donde un día hay que apretar y otro día hay que contar hasta quince, hasta veinte o hasta cien, pero hay que contar». No tiene amigos entre sus futbolistas. «Esa palabra es compleja. Siempre hay que saber que hay un espacio que lo tenemos que respetar. Que yo soy el entrenador y ellos los jugadores. Si logramos mantener ese lugar desde lo que nos digamos, vale todo. Todo, eh».
La Liga y la Champions
No contempla ganar en España sin sufrir: «Tendríamos que ir a otro campeonato que no estuvieran el Madrid o el Barcelona». «No es fácil para el Atlético de Madrid salir campeón», remarcó, antes de recordar que cuando el club ganó la Liga 1995-1996 llevaba 19 años sin hacerlo. Ahora ese plazo se ha acortado: con él sentado en el banquillo ha ganado los campeonatos ligueros de 2014 y 2021. El plazo se ha acortado de 19 años a solo siete.
En cuanto a la Champions, Motos le preguntó si la tenía atravesada: «Nunca se sabe. Quizá hace dos años que parece que puede estar todo en un camino irregular, pero la sorpresa de la Champions puede aparecer». El presentador mentó la soga en casa del ahorcado: el gol de Sergio Ramos en Lisboa. «Ese partido fue de los mejores. Y el gol fue un golazo. Mira que buscamos poner a Thiago en el lugar, en la zona. Se le ve a Thiago saltando en el gol, porque sabíamos que la pelota caía ahí, pero hay cosas que no se pueden solucionar pese a que uno busca solucionar. Porque del otro lado también son muy buenos».
«Es un jugador extraordinario y nos ha hecho mucho daño. Yo tengo admiración por el futbolista. La vida suya se la dio al rival que tenemos nosotros», elogió al hoy jugador del PSG.
El impetuoso jugador
En su etapa como futbolista, el hoy símbolo del Atlético estuvo a punto de fichar por el Real Madrid: «Tengo una memoria selectiva, y me acuerdo de las cosas importantes. De esta no me acuerdo», toreó al presentador.
No considera que fuese un jugador duro: «A veces podía llegar tarde», contó con un sonrisa. «Era mediocampista, había que pasar por el medio, había que dejar peaje».
Se recordó aquel incidente con Beckham en el Mundial de Francia 98. «¿Tú viste la patada que me pegó? Fue tremenda», bromeó. «Fue teatro», corrigió divertido Motos. «Él era chico, y jugaba muy bien. Y aparte tenía facha, era lindo el pibe. Y entonces no, todo no podés», continuó el Cholo. «Él gesticula un poco». Con eso fue suficiente. El veterano argentino vio ahí material para la exageración: «Y a mí parece que me han matado». Resultado: Beckham expulsado en un partido contra Argentina de octavos de final del Mundial. Lo más suave que la prensa inglesa llamó a David fue «niñato».
También se recuperaron en El Hormiguero aquellas imágenes en las que clava un taco a Julen Guerrero: «No todos somos perfectos», se excusó, reconociendo el error. Fernando Couto, del Barça, le hizo lo mismo a él tiempo después. Y Simeone no hizo sangre con aquello.
Reveló un truco, muy en la onda tramposa de Bilardo, que empleaba en su época como futbolsita. Se aprendía los nombres con los que sus compañeros se dirigían a algunos rivales para engañarlos. «Yo me recordaba los nombres de los mediocampistas, los laterales sobre todo, porque jugaba en el medio. Cuando vas de contragolpe, vas cegado en la jugada, vas para adelante como un caballo. Ahí algunos miran, que son los mejores, y otros que no miran, porque tienen más dificultades», empezó a contar. «Íbamos corriendo y yo gritaba ‘Pablo, Pablo, Pablo’, ¡y el Flaco me la daba! Es un foul técnico, ¡pero cómo va a escuchar el árbitro si hay 30.000 personas en la cancha!». «Me pasó mil veces, mil veces», presumió.
Sufrió las críticas de Gil y Gil. «Al respeto no me falta ni mi padre», le contestó después de que el presidente atlético rajase de él. Poco después, lo llamó a capítulo: «Olé sus declaraciones. Pero ahora vaya ahí adentro y demuéstrelo», le dijo señalando el terreno de juego.
Recordó los consejos de Maradona, con el que compartió vestuario en el Sevilla y en la selección argentina. «Me gustaba ir al área, llegar de segunda línea y hacer gol», contó. Y eso a Diego no le gustaba: «¿Pero a dónde vas? Quedate atrás», le pedía. En una ocasión, Diego tiró a puerta desde treinta metros. Este fue el diálogo.
–Maradona: Cholo, ¿hiciste alguna vez gol desde ahí?
–Simeone: No, Diego.
–Maradona: ¡Y para qué mierda pateas de ahí!
Jugar con el fallecido astro argentino suponía una ventaja que el hoy entrenador atlético sabe definir muy bien: «Era como saber que tenías la carta ganadora».
Para acabar, en su turno con Trancas y Barrancas, tumbó un mito muy extendido en el fútbol: «Hacer el amor antes del partido te beneficia en todo. Después es peor».