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25 de abril de 2024

Bandera del siglo XIX con el lema carlista

Bandera del siglo XIX con el lema carlista

A los «ojalateros» de Wikipedia

En Wikipedia hay que ir a contribuir primero para luego exigir cambios. No va a haber una «dirección» que atienda un manifiesto

En la Gran Enciclopedia de Navarra (GEN), en su versión en línea, alguien tuvo el acierto de recoger un término muy popular pero, sin duda, olvidado: «Ojalatero».
Y dice así: «Se aplicó este nombre durante las guerras carlistas a los que lejos del combate, soñaban con ganar sin más esfuerzo que el de su adhesión pasiva a la causa. La palabra tuvo su origen en la frase «¡Ojalá ataquen y ganemos!», atribuida en la primera guerra a los que hoy se conocen como emboscados. Más adelante se aplicó a los permisos y holganzas de los voluntarios, y así, Santiago M. Palacio, autor del libro El Batallón de Guernica (Barcelona, 1917), titula uno de los capítulos De ojalateo, para describir una excursión por la retaguardia carlista. Según Pirala, la palabra la inventó Carlos O´Donnell, coronel carlista que murió en mayo de 1835 en una acción desgraciada ante los muros de Pamplona.
Verán que no se indican fuentes consultadas en su elaboración. Verán que esta enciclopedia, en su día magnífica, aunque esté disponible y en abierto, se está quedando desfasada.
En Wikipedia, hace doce años, un editor se hizo eco del término. Como es más largo, y con referencias a las fuentes, invito a leer en línea y comparar las dos entradas. Verán incluso en la parte inferior (algo común a muchos artículos) el llamado «Control de autoridades» que enlaza con la GEN.

La Era de la Información

Desde que ha aparecido este medio, El Debate, he de reconocer que había recuperado mi costumbre de «leer noticias». No sabría decir exactamente qué (quizá la forma de moverse en redes, la facilidad, y amabilidad, de acceder sin tener que dar datos personales, el enfoque informativo,…) pero me tiene enganchado hoy por hoy. Por razones muy personales, que ni aportan ni vienen al caso, el acceso libre a un periódico ya me parece sensacional. Y como buen ejercicio con toda fuente de información, leerlo cada día me ayuda a volver a pensar en la espantosa realidad. No hay medio que carezca de una línea editorial, de pensamiento y defensa de unos valores. Ha sido, y es, lo suyo. Aunque trabajan duro en ser objetivos, evidentemente cuidan más atentamente a sus lectores sabedores de qué buscan.
Los que vivimos de cerca, desde sus comienzos, la eclosión de internet, añoramos aquellos primeros momentos donde existía un talante universal y universitario de compartir, con bastante generosidad, información, conocimiento y cultura. Quizá tenga algo de eso El Debate. Pero sin duda Wikipedia lo tiene. Y como obra de la humanidad, tiene sus carencias. Ya hablan todos de ellas sobradamente. Ni las voy a cuestionar ni voy a redundar en ello.

Sobre el Manifiesto contra la ausencia de neutralidad

Ayer, cuando leí el manifiesto, inevitablemente me acordé de los ojalateros. Esas cosas que hace la mente, en un momento dado, sin que sepa uno explicarlo: te viene a la cabeza la palabreja.
Acepto y entiendo la afirmación. Pero mi respuesta será darles unos indicios para que cada hijo de vecino se forje su idea. Al fin y al cabo, aunque no siempre se logre, forma parte del cotidiano ejercicio de neutralidad.
Usaré si me lo permiten, enlaces a esta enciclopedia, que, a diferencia de otras, mal que bien, se actualiza sin esperas editoriales. Y para ello no hacen falta «cuentas anónimas de editor». Todo artículo tiene un historial de ediciones y verán en muchos de ellos una dirección IP que demuestra que no es necesario siquiera registrarse. Para lo bueno y lo malo.

Censura en Wikipedia

Quien haya estudiado, con interés, el fenómeno (y exige tiempo) sabrá que Wikipedia no tiene un «Consejo editorial» que marque qué se puede y qué no se puede publicar. Cada una de las más de 300 Wikipedias que existen, tienen sus políticas de gestión y funcionamiento. No hay un propietario, ni una junta de accionistas. Hasta el fundador ha sido censurado. No voy a hablar del cofundador que estuvo el primer año, hace 20 años de eso, y no dejan de citarlo, con mucha intención, como si aún fuera una persona autorizada en sus opiniones sobre la enciclopedia. Él intento hacer una de pago, controlada, y aún no ha despegado.
En este artículo pueden leer los casos de censura que ha padecido esta enciclopedia. Les recomiendo el cercano caso francés. Por cercanía y por explicativo sobre cómo funciona internamente Wikipedia.

Wikipedia en español: la abandonada

A finales del siglo XIX se fundaba en Pamplona, en un barrio muy incipiente y obrero como la Rochapea, un «Centro Escolar Dominical de Obreros», una de esas iniciativas suscitadas por la Rerum Novarum de León XIII. Su fundador afirmaba: «La imprenta es una máquina atrozmente terrible. No por eso soy enemigo de ella. Sin embargo si no existiera, no haría nada por inventarla. Más ya que es un hecho social ¿porqué no ha de servir de vehículo a las sanas ideas en lugar de ariete de destrucción?» (Lau-Buru, 14 de agosto de 1886).
Bien pudiera sustituirse la palabra «imprenta» por «Wikipedia». Sabemos lo que supuso la imprenta para el desarrollo de movimientos sociales, sindicales y obreros de todo color.
Para acabar, y dedicado a mentes más cartesianas acostumbradas a analizar tablas de datos, les dejo el enlace a dos para que saquen sus conclusiones y, sin sesgo, comprendan de qué hablo con «abandonada»:
• Las Wikipedias principales.
• Los idiomas con más hablantes.
Posibles, y fáciles, preguntas que uno se puede hacer: ¿Por qué está en el 8º lugar?

Acabando que es gerundio

Los grandes problemas no se solucionan con manifiestos efectistas. Supongo que estar en la trinchera es algo anónimo y despreciado mientras que el escaparatismo gusta mucho más en nuestra cultura. Porque sin duda se nos puede llenar de orgullo tener una cultura grandiosa pero siempre se espera que otros hagan algo. Eso explica porque no hay movilizaciones sociales más que de un color. Hay mucho ojalatero, y en Wikipedia, a la cual hay que ir a contribuir primero para luego exigir cambios, no es distinto. No va a haber una «dirección» que atienda tal manifiesto porque es un tema de debate «interno» desde hace años y lo que se necesita son voluntarios que ayuden, propositivos y proactivos, que, como dirían en mi tierra, «amejoren» con su esfuerzo, no tanto con bonitas palabras.
El carlismo fue un fenómeno social de siglo y medio de duración que, de la noche a la mañana, desapareció. Lejos de adhesiones y empatías ideológicas, es un fenómeno histórico que merece la pena conocer también de igual forma que se estudia el avance del socialismo, el anarquismo o el fascismo. Entre el convencido carlista a pie de trinchera y los ojalateros mediaba un abismo. Sigue habiendo mucho ojalatero que, llegado el momento, se diluye en el aire y nadie sabe cómo.
Si «existen herramientas, como la enciclopedia digital Wikipedia, a la que millones de personas recurren de forma asidua para realizar consultas u obtener y contrastar información sobre cuestiones de toda índole» como se afirma en el Manifiesto, ¿quién se está preocupando de su cuidado? Quizá sea ese su problema para muchos sectores: la voluntariedad y el altruismo. Como un carlista de trinchera.
Pamplona, 16 de septiembre de 2022.
Un wikipedista: Jialxv
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