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24 de abril de 2024

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, el pasado 10 de marzo en Roma

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, el pasado 10 de marzoAFP

Meloni aprueba la construcción de un museo sobre el Holocausto en Roma

El museo se construirá en un terreno contiguo al parque de Villa Torlonia, que fue la residencia del dictador Benito Mussolini

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ha aprobado el proyecto de construcción de un museo sobre el Holocausto judío en Roma, que fue una de las comunidades judías más antiguas de Europa. Italia, a través de «la creación de un museo nacional de la Shoah en Roma», quiere «contribuir a mantener viva y presente la memoria del Holocausto», ha explicado el gobierno.
El 16 de octubre de 1943, las tropas alemanas, apoyados por funcionarios del régimen fascista italiano, asaltaron el antiguo barrio judío de la capital italiana. En total, 1.023 judíos fueron deportados al campo de exterminio de Auschwitz, de los cuales sólo 16 sobrevivieron. Según el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, se van a destinar 10 millones de euros para «empezar a construir» el museo, una idea con más de 25 años de edad.

«Educación para la democracia»

La presidenta de la comunidad judía romana, Ruth Dureghello, ha pedido acelerar los plazos para que Roma «cuente con un museo como todas las grandes capitales europeas». Su ubicación será en un terreno contiguo al parque de Villa Torlonia, que fue la residencia del dictador Benito Mussolini, quien promulgó las «leyes raciales», una serie de medidas antisemitas como la exclusión de los niños judíos de las escuelas públicas.
El museo del Holocausto debe «ser un instrumento de educación para la democracia y el pluralismo, porque lamentablemente vemos que principios que considerábamos adquiridos o conquistas que creíamos definitivas no lo son», ha explicado Luca Zevi, el arquitecto a cargo del proyecto, quien se ha referido a un plazo de tres años, «como máximo», para la inauguración.
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