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20 de mayo de 2024

Capricho Cotrina

Capricho CotrinaTursimo Extremadura

Construcciones

El albañil extremeño que construyó 'El Capricho de Cotrina', un castillo al estilo de Gaudí

Esta casa de campo extremeña recuerda a la obra de Gaudí, pero tiene un artista diferente y su propia alma

En Badajoz, entre las sierras de San Jorge y San Cristóbal, se encuentra los Santos de Maimona, un poblado que tiene una de las edificaciones más curiosas de España.
Este edificio recuerda mucho a las obras arquitectónicas del famoso arquitecto catalán Gaudí y algunos incluso han llegado a pensar que es del ilustre de Barcelona. Sin embargo, se trata del sueño y regalo de un albañil extremeño.
Francisco González Grajera, albañil y marmolista, decidió cumplir los sueños de su hija y le regaló un castillo propio de cuento de hadas, que muchos van a visitar por su arquitectura y diseño sacado de una fantasía.

Yolanda, la hija de González, hace más de 30 años le pregunto a su padre si podían tener una casa de campo con piscina, a esta petición su padre le respondió que le daría una casa única, que nadie más tendrá ni podrá tener. Así lo cuenta Sonia González, otra hija de este artista.
González Graguera, oriundo de Torremejía, fue tildado de «loco» por muchos. Sin embargo, no prestó atención y en 1988 inició las obras de esta casa para su hija.
Nombrada Capricho de Cotrina, esta vivienda modernista ha sido clasificada como una construcción con clara influencia del arquitecto catalán Gaudí. La casa está levantada a base de mampostería de piedra caliza, ladrillo y mortero de cemento. Para decorar, González revistió la casa de mosaicos de distintos colores, siguiendo la técnica del trencadís, habitual en la arquitectura modernista catalana. Esta técnica consiste en la decoración con cerámica: se reemplazan las teselas por diminutos trozos de este material esmaltado. De esta manera se logra que la luz se refleje en ellos y que los colores salten a la vista y brillen al máximo. Se pueden ver estos mosaicos en el exterior de la casa, como en la barandilla, las escaleras, las cúpulas y las terrazas.

El edificio, que en su totalidad abarca 183 metros cuadrados, presenta formas curvas que están rematadas por figuras ornamentales que se mezclan inadvertidamente con la naturaleza de la zona. Algunas de las figuras representan un sol, una luna, flores y bellotas, añadido como un guiño a Extremadura.

La entrada está marcada por una puerta de cemento armado de 500 kilos que, a pesar de su peso, se abre muy fácilmente, y es que González pensó en todo. En su interior, la casa cuenta con un salón principal, una cocina, un cuarto de baño, dos habitaciones (que se ubican en las dos torres) y el lugar más impresionante de todos: la habitación de matrimonio, que se ubica a 12 metros del salón. Esta habitación representa la cabeza de un gusano, mientras que el pasillo que conduce hacia esta forma el cuerpo del animal. Sonia cuenta que la razón por la que su padre eligió esta figura fue porque este quería descansar de los ruidos que podrían hacer los siete hermanos.
En cuanto a la terraza, esta tiene un estanque pequeño situado sobre el salón, de esa manera lo aíslan de las altas temperaturas a las que se llega en verano.
Los alrededores de la casa también cuentan con decoraciones impresionantes. Está toda rodeada de obras con el mismo diseño. Cuenta con una cascada que vierte sus aguas en una piscina, una fuente y un taller de objetos de mármol.

En un principio, Capricho de Cotrina era para los hijos de Francisco una ilusión, pero a medida que fueron creciendo se dieron cuenta de que esta casa que había hecho su padre era más que un lugar de diversión y se trataba de una auténtica obra de arte. «Pese a no tener estudios, mi padre era capaz de construir todo lo que se proponía gracias a su increíble imaginación y a su don» afirma así su hija Sonia.
La obra ha recibido mucho reconocimiento en el país. El Colegio de Arquitectos de Cáceres, el Laboratorio de Técnicas y Materiales pictóricos y Escultóricos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona han elogiado la casa. Sin embargo, los reconocimientos también han trascendido las fronteras españolas y es que Jo Farb Hernández, profesor de la Escuela de Arte y diseño de la Universidad Estatal de San José, en California, y su marido Sam Hernández, profesor de escultura en la Universidad de Santa Clara, quedaron tan fascinados por el Capricho de Cotrina que decidieron publicitarla en diferentes centros artísticos y culturales en Estados Unidos.
Este castillo, una obra viva, sigue creciendo y ampliándose gracias a Roberto, que trabajo con su padre desde los 14 años, y a Pilar, hija que se encarga de diseñar las ampliaciones. El deseo de Francisco era que cualquiera pudiera visitar este edificio a ciertas horas del día, y que el resto de las horas fuera un hogar para sus hijos. Así es en la actualidad, ya que gracias a ellos Capricho de Cotrina es, por un lado, un museo en memoria de Francisco, que falleció en 2016, que busca reconocer a este hombre como artista autodidacta. Por otro lado, es la casa de campo en la que se reúne la familia.
A lo largo de los años, muchas personas de distintos lugares del mundo han visitado este lugar y quedan fascinados. Si deseas visitar este castillo de fantasía, el horario de visitas es de 17 a 19 horas los sábados y domingos y festivos de 11 a 14 horas. Durante los meses fríos el horario es sábados de 18 a 21 horas y domingos y festivos de 11 a 14 horas. En verano el horario es de 18 a 21 horas. La entrada no se cobra, pero todas las colaboraciones van destinadas al cuidado de la propiedad.
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