
La inteligencia artificial ha revolucionado las tecnologías de la comunicación
Un juez de EE. UU. dictamina que utilizar libros para entrenar la IA no es una infracción
Tres escritores demandaron a la empresa Anthropic por utilizar sus obras, pero el juez decidió que esto no transgredía la ley de derechos de autor estadounidense
El juez estadounidense William Aslup ha establecido que utilizar libros con derechos de autor para entrenar software de inteligencia artificial no supone una transgresión de la ley estadounidense de copyright, según informa la BBC.
Esta decisión se ha tomado a raíz de una demanda que tres escritores, Andrea Bartz, Charles Graeber y Kirk Wallace Johnson, interpusieron contra la empresa de IA Anthropic. Bartz acusó a la institución de robar su trabajo para entrenar al software Claude «y construir un negocio multimillonario», destaca el medio británico.
De acuerdo con el fallo del juez Aslup, Anthropic hizo un uso «extremadamente transformador» de las obras de los autores. Por ello, esta utilización está permitida por la normativa de Estados Unidos.
No obstante, el juez rechazó la solicitud de la empresa de desestimar el caso, ya que la compañía deberá ser juzgada por haber empleado copias piratas para elaborar su biblioteca de material.En este sentido, Aslup señaló que la Anthropic cuenta con más de siete millones de libros piratas en una “biblioteca central. La BBC informa de que la compañía podría enfrentarse a una multa de hasta 150.000 dólares por daños por cada obra protegida por derechos de autor.
Esta es una de las primeras sentencias que trata de un tema tan de actualidad como las batallas legales de la industria cultural y la inteligencia artificial. De acuerdo con el juez del caso, el software de la empresa se apoyó «en obras, no para adelantarse y replicarlas o suplantarlas, sino para dar un giro radical y crear algo diferente».
«Si este proceso de formación requirió razonablemente hacer copias» dentro de estos modelos «o de otro modo, esas copias fueron utilizadas para un uso transformador», destacó.
Aslup indicó también que los escritores no afirmaron que este entrenamiento derivara en «imitaciones infractoras» que copiaran sus libros para los usuarios de Claude. Si este fue el caso, «sería uno diferente».
Otros casos de este tipo se han resuelto con un acuerdo con creadores o editores para hacerse con licencias de uso.