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29 de marzo de 2024

Flavie Vincent-Petit trabaja en la restauración de las vidrieras de Notre-Dame

Flavie Vincent-Petit trabaja en la restauración de las vidrieras de Notre-DameAFP

La tarea de devolver la luz a la catedral de Notre-Dame de París

Así trabajan los maestros artesanos que restauran las vidrieras afectadas en el incendio de 2019

En abril de 2019 todo un símbolo de la cristiandad europea ardía. La catedral de Notre-Dame de París sufría las consecuencias de un incendio provocado por las obras que se realizaban en su interior. La joya del gótico quedaba gravemente afectada tras el hundimiento de parte de la bóveda y la famosa aguja que la remataba.
Francia se consagró a la tarea de restaurar el templo parisino y puso fecha a su reapertura: el año 2024. Jean-Louis Georgelin, general del Ejército francés y responsable que supervisa la restauración de la iglesia, reconoce que es un «objetivo ambicioso».
Además de las tareas que se realizan dentro de Notre-Dame, otros elementos artísticos han salido de la catedral para ser restaurados por maestros y especialistas. Es el caso de buena parte de las vidrieras que se vieron afectadas por el fuego, el humo y las cenizas. Ocho talleres franceses y pintores de la catedral alemana de Colonia trabajan en la recuperación de los vitrales de la nave, el coro, el crucero y de la sacristía.
El meticuloso trabajo de restauración en las vidrieras de Notre-Dame

El meticuloso trabajo de restauración en las vidrieras de Notre-DameAFP

La maestra cristalera Flavie Vincent-Petit se ocupa de varias de las vidrieras, obras de 3 metros de ancho y hasta 9 de alto que datan de diversas fechas. «Las vidrieras del coro son del siglo XIX y aparecen representadas figuras bíblicas y religiosas. En aquella época, el arquitecto Viollet Le Duc busca recuperar la luz tamizada de la Edad Media», explica la artesana. Solo los rosetones de la iglesia datan de la época medieval, y «no se vieron afectados por el incendio, por lo que no están dentro del programa de restauración», precisa esta artesana. Solo los rosetones de Notre-Dame son de época medieval, y «no se vieron afectados por el incendio, por lo que no están dentro del programa de restauración».

Un proceso delicado

El proceso de limpieza, en el que trabajan unos quince maestros cristaleros franceses, empieza con el desmontado de las vidrieras, ensambladas con plomo sobre un soporte llamado «cerrajería», documentan su estado y las numeran. A continuación, aspiran las partículas de polvo, frotan la suciedad con algodones bañados en una mezcla de agua y alcohol y reparan las fisuras.
Estos vitrales nunca han sido limpiados desde su instalación, hace más de 150 años, pero debajo de la suciedad se aprecia un color que no ha cambiado desde entonces, destaca Vincent-Petit. Poco a poco, Notre-Dame de París recuperará el esplendor de su luz.

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