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26 de abril de 2024

Ulises Bértolo, en la promoción de su libro 'La dama del norte'

Ulises Bértolo, en la promoción de su libro La dama del norteJavier Ocaña

Ulises Bértolo, autor de La dama del norte

«El dinero se ha convertido en un fin, en vez de en un instrumento, en nuestra sociedad»

Ulises Bértolo vuelve a la escena editorial con una novela que habla de la mayor operación de narcotráfico del país, la Temple, pero también de su líder: Ana Garrido, una asturiana que llegó a ser la reina de los estupefacientes en los 90 y cuyo pasado tuvo mucho que ver

Fue condenada a prisión por 30 años. Ella era la reina del narcotráfico en España y el enlace con Colombia en los 90, pero el impecable trabajo de la Policía dinamitó su reinado con la denominada operación Temple, la más importante de la época. Ana Garrido acabó entre rejas, pero su historia no es solo eso.
El abogado y novelista Ulises Bértolo se adentra en sus orígenes y muestra el lado más personal de la protagonista en La dama del norte (Planeta). Muertes de allegados, maltrato, pérdida de la fe en Dios y ansias de libertad son algunas de las circunstancias que sufrió y marcaron su vida y, por tanto, su camino a la cárcel dejando a un niño de apenas cinco fuera. ¿Estamos libres de que nos ocurra lo mismo? El autor llama a la reflexión en sus páginas.
–¿Cómo llega a usted esta historia?
–Llega a mí por casualidad. Al principio no me interesaba mucho. No quería escribir otra novela más sobre narcotráfico. Pero entonces tuve la oportunidad de conocer a Ana Garrido en persona y ya en los primeros diez minutos, en los que empezó a hablarme de su infancia en el norte de España, en un pueblo minero, me empezó a entusiasmar.
–¿Cómo han sido las reuniones con Ana Garrido?
–Tuve la oportunidad de quedar en varias ocasiones antes de que entrase en prisión por segunda vez; y de utilizar el WhatsApp durante mucho tiempo, por ejemplo, y el correo electrónico, para preguntarle por ciertos detalles personales de su historia. Me costó que empezase a hablar de su lado humano porque al principio hablaba más sobre la parte que se conoce, de lo que hizo como narcotraficante. Se ponía una especie de capa protectora ante lo personal. Tuve que hacer cierto ejercicio psicológico para romper esa barrera y tuve la suerte de lograrlo y que se abriera.
–¿Qué descubrió?
–Ana Garrido es una persona afable y cercana, pero al mismo tiempo, reservada. Pensemos en una joven que ya metida en el narcotráfico, cuando regresa a su casa, en Asturias, es la hija, que se quita las joyas que coleccionaba y le encantaban para evitar ciertas preguntas. Esa doble vida que se produce a lo largo de los años, tiene también mucho que ver con la manera en la que departamentaliza su vida. A mí lo que me gusta es ese microcosmos que componemos de puertas adentro.
–Fue una joven golpeada por la desgracia. Se mueren su hermano y su padre, la maltrata su marido... ¿Son excusas para dedicarse a una vida fuera de la ley?
–Evidentemente todas las decisiones que se toman en la vida tienen una parte voluntaria. Pero nosotros todos estamos un poco condicionados por los acontecimientos, no somos verdaderamente libres. O sea, el entorno nos condiciona. Hay gente que cuando le ocurren hechos dramáticos como le ocurrieron a ella, se resigna e intenta olvidar. Otra gente se llena de rabia cuando se te caen todos los pilares de lo que pensabas que era tu vida normal. Y yo creo que ella se rebela contra todo eso buscando una especie de libertad y protección en ganar dinero. Y es que el dinero se ha convertido en nuestra sociedad, en vez de en un instrumento, en un fin. En su caso, como un medio para alcanzar la libertad, para no depender de nadie y este tema está presente en toda la historia, al igual que el miedo, que ella siente desde pequeña, que aprende a controlar y que creo, es un elemento esencial de su personalidad, que le hace prevalecer frente a los hombres en esa industria criminal donde otros no se atrevían. Le echó muchos arrestos.
–En la portada del libro se puede leer 'En un infierno dominado por hombres, ella fue la reina'. ¿Podría confundirse con una novela feminista?
–No escribí pensando en hacer una novela feminista, pero lo que se traduce en la novela es lo que pienso de las mujeres. Me crie rodeado de ellas y creo que si una mujer se lo propone, es mejor que los hombres en todo. En la novela están muy presentes los pactos con mujeres y la figura de Camille que le dice: 'Tú piensa por ti misma'. Fíjate, el primer capítulo que escribí está basado en una experiencia real de ella, con un carrito de la compra de dos ruedines y lo que ocurre con ese carrito de la compra es tan fuerte... Me pareció tan absolutamente increíble que tuve que escribirlo como capítulo independiente y llamarlo Ovarios, porque yo creo que realmente la protagonista lo que demuestra a parte de una gran astucia, es valentía. La policía decía que es una mujer que podía haber sido una empresaria de venta de hortalizas al por mayor y haber tenido tanto éxito como vendiendo cocaína. Trabajemos en lo que trabajemos, todos nos tenemos que hacer un nombre y todos en un momento determinado tenemos que estar ahí para demostrar algo de lo que somos capaces. Y ella lo hizo y prevaleció por esa razón frente a los hombres que dominaban en ese momento en esa organización.
Ulises Bértolo, con su nueva novela

Ulises Bértolo, con su nueva novelaJavier Ocaña

–En la novela se habla también sobre la pérdida de la fe...
–Es importante tener en cuenta el contexto de la familia en la que nace, una familia muy religiosa. El padre era muy religioso, la madre se aferraba a la Biblia, tiene un tío, además, que es cura. La cuestión relativa a Dios y el buen camino están siempre presentes. Y la pérdida de la fe simboliza realmente una ruptura con los pilares de la comunidad en la que había nacido: patria, orden y religión. Su ruptura es una rebelión. Creo que a veces nos ocurre a todos, seamos creyentes o no.
–Ana Garrido cumplió condena. Salió y le tocó volver a la cárcel, donde sigue...
–Sí, el segundo ingreso en la cárcel no es fruto de un acto que se produjese ahora, sino de algo que se produjo hace mucho tiempo y que es fruto de que los procesos en la justicia van lentos. Este hecho ha provocado que su hijo, con el que mantengo contacto, haya lanzado en YouTube un rap junto a Niño López que se llama 4 de marzo, fecha en la que nació, porque siente una gran rabia de ver a su madre de nuevo en prisión.
–¿Ha podido hacerle llegar un ejemplar de su historia?
–Sé que ahora la debe tener en su manos, pero no he podido hablar con ella sobre qué le ha parecido.
–¿Cuál es el mensaje que pretende trasladar con la novela? ¿Con qué le gustaría que se quedaran los lectores?
–No me gusta mandar ningún tipo de mensaje moral en un sentido u otro. No me interesa que esta novela sirviese de redención social de la persona que inspira al personaje. Tampoco absorberla, condenarla o enjuiciarla. Sencillamente me interesa que el lector se plantee preguntas. Lo que quiero que vea es si esas emociones que ella siente, si sus miedos y sus anhelos son los nuestros. Y si en algún momento estaríamos dispuestos a hacer cosas que jamás pensamos que haríamos. Nada es blanco o negro, hay una gran avenida de grises y todos tenemos que estar alerta porque en algún momento podemos llegar a hacer cosas que jamás pensamos que haríamos. A partir de ahí será cada lector el que saque las conclusiones de ese devenir vital que ha tenido la protagonista.
–Como novelista y como persona ¿qué le ha aportado esta historia?
–El ponerme a narrar en primera persona me ha parecido una experiencia maravillosa. Mi ambición era que el lector se pueda sentir representado en una vida como la que tuvo Ana Garrido. Que se viera que los seres humanos no somos tan distintos, a pesar de las cosas que hacemos, y si en algún momento de la historia algún lector se siente representado o empatiza con la con la protagonista, para mí sería y es una satisfacción.
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