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Cubierta de la novela 'Los colmillos del lince'

Cubierta de la novela 'Los colmillos del lince'Destino

‘Los colmillos del lince’ certifica que la saga 'Millennium' está agotada

La última entrega de la saga 'Millennium' es un ejercicio de narcisismo ideológico donde lo de menos es la historia

La saga Millennium del fallecido escritor sueco Stieg Larsson es uno de los mayores fenómenos editoriales de los tiempos recientes.

La trilogía original, Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, y La reina en el palacio de las corrientes de aire, vendió millones de ejemplares sin que su autor viera los frutos de su trabajo, ya que murió antes de ver publicada la primera novela.

Sin duda, un éxito de semejante calibre tenía que sobrevivir al autor. La industria editorial encontró en la saga Millennium un filón de esos que no se acaban o que tardan mucho en agotarse.

A las adaptaciones en cine y televisión le siguieron nuevos proyectos editoriales. Pero si Larsson ya no estaba en este mundo ¿cómo continuar la saga? Fácil, contratando a nuevos escritores que se encargaran de continuar la trama original y seguir los pasos de su protagonista, Lisbeth Salander.

Primero fue el escritor David Lagercrantz el encargado de firmar una segunda trilogía: Lo que no te mata te hace más fuerte, El hombre que perseguía su sombra y La chica que vivió dos veces.

Ahora es la escritora Karin Smirnoff la encargada de sacar adelante una tercera trilogía y, en teoría, cerrar el círculo iniciado por Stieg Larsson.

Smirnoff ya publicó una primera entrega, Las garras del águila, y ahora llega con la continuación, Los colmillos del lince (Destino).

Cubierta de la novela 'Los colmillos del lince'

Destino / 544 págs.

Los colmillos del lince

Karin Smirnoff

¿Qué encontramos en esta nueva entrega? Lo cierto es que nada nuevo, nada que aporte algo mínimamente de interés a lo que ya se ha leído en las muchas entregas de la saga.

A Stieg Larsson se le debe reconocer el mérito de ser uno de los pioneros de la nueva novela negra, la nueva novela policíaca en la que, como sellos de identidad, se despoja a la trama de elementos románticos propios de la novela de misterio victoriana, se hace más realista y se lleva a terrenos temporales y geográficos actuales.

Además, se presentan tramas desgarradoras, un tanto nihilistas, con mucha presencia de problemáticas sociales e ideológicas actuales.

En Los colmillos del lince vuelve Lisbeth Salander, pero el protagonismo lo ostenta su sobrina adolescente Svala, que responde al tópico de joven progresista, preocupada por cuestiones medioambientales y comprometida en la lucha contra el gran capital que perpetúa las desigualdades, somete a los desfavorecidos y ahoga la esperanza en el futuro al destruir el equilibrio medioambiental.

Svala, en definitiva, es Greta Thunberg mezclada en una oscura trama de asesinatos, pues Los colmillos del lince, no lo olvidemos, es una novela de asesinatos y policías que tratan de atrapar al asesino.

El caso es que Svala se une a un grupo de activistas ecologistas en un pueblo perdido del norte de Suecia para impedir que una multinacional abra una mina contaminante. Sin embargo, la muerte de una periodista hará que lo que empezó como una protesta pacífica se torne en una oscura conspiración criminal.

El problema de Los colmillos del lince no es su tramposa trama para convertir un panfleto ideológico en una novela de masas. El problema verdadero es que la trama adolece de una gran falta de originalidad.

En un momento en que las librerías están inundadas de novedades de novela negra con tramas prácticamente clonadas –ante la sobresaturación, es natural que se agoten las ideas– esta historia no puede más que generar cierto desinterés.

Da la impresión de que la trama criminal no es más que una excusa para vender el mensaje ideológico que trata de colocar su autora: ecologismo, feminismo, anticapitalismo, multiculturalidad…

Quizás, simplemente, es que a base de tratar de exprimir al máximo a la gallina de los huevos de oro de la saga Millennium han terminado por agotarla y ha llegado el momento de darle carpetazo.

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