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Novak Djokovic, en el partido ante Matteo Arnaldi

Novak Djokovic, en el partido ante Matteo ArnaldiAFP

Djokovic sigue sin encontrarse a sí mismo y se despide de Madrid en su debut ante Arnaldi

Hasta aquí ha llegado el periplo de Novak Djokovic en el Mutua Madrid Open. Al igual que le pasó en Indian Wells, Doha y Montecarlo, el serbio volvió a caer derrotado a las primeras de cambio y no pudo con un gran Matteo Arnaldi (6-3 y 6-4).

Había ganas de volver a ver en acción a un Djokovic que hacía tres años que no jugaba en la capital de España. Su último partido en la Caja Mágica fue esa épica semifinal ante Alcaraz que se decidió en tres sets y, por eso mismo, la Manolo Santana presentó una entrada inmejorable para ver en acción al jugador más laureado de la historia del tenis.

El inicio de partido de Djokovic estuvo muy por debajo de las expectativas. El serbio volvió a entrar frío al duelo y, tras unos minutos de tanteo, el marcador reflejaba un 2-0 a favor de Arnaldi. El escenario no amilanó al tenista de San Remo. Sabía que estaba ante la oportunidad de su vida y fue a aprovecharla. Sin embargo, Djokovic mantuvo la calma, consiguió igualar el marcador y evitó que Arnaldi se escapara con un 0-3 que hubiera sido casi definitivo.

A partir de ese momento, volvió a reinar la igualdad hasta que se llegó al 4-3 y saque de Djokovic. El serbio dudó más de la cuenta y entregó su turno de saque con dos dobles faltas seguidas, algo poco habitual en él. El número 44 del ranking se puso 5-3 arriba y, mostrando una personalidad arrolladora, cerró la primera manga. 6-3 para el transalpino. Djokovic estaba obligado a reaccionar si no quería despedirse de Madrid a las primeras de cambio.

Novak no puede con Arnaldi

Que Djokovic entregara el primer set dejó algo fría a la Manolo Santana. El serbio no estaba tan acertado como en otros partidos y se empezaron a escuchar los primeros «Idemo, Nole» (Vamos, Nole) desde la grada.

Para evitar un nuevo batacazo, Djokovic se puso el mono de trabajo. No le quedaba otra y en los primeros tres juegos del segundo parcial se pudo comprobar que aún no había dicho su última palabra.

Novak Djokovic en el partido ante el italiano Matteo Arnaldi

Novak Djokovic en el partido ante el italiano Matteo ArnaldiEFE

El campeón de 24 Grand Slams empezó a dejar algún que otro golpe marca de la casa. El problema es que Arnaldi seguía vivo. Djokovic necesitaba que el italiano bajara un poco el ritmo para poder poner tierra de por medio en el segundo set.

Ambos tenistas estaban brindando un gran espectáculo a todos los presentes en la Manolo Santana y la sensación era que podía pasar cualquier cosa. Arnaldi estaba siendo un martillo pilón desde el fondo, no le tembló el pulso en los instantes de máxima presión, se llevó el break en el séptimo juego del segundo set y dejó aún más tocado a Djokovic.

Arnaldi tenía la victoria en su mano y con 4-3 arriba logró levantar un 0-40 en su contra. El italiano estaba inspiradísimo y logró derrotar a Djokovic, su victoria más importante hasta la fecha.

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