Un vecino de Elche camina con una linterna durante el apagón eléctrico.
De la excepción ibérica al apagón: el coste de vivir en una «isla energética»
La escasa interconexión deja a la península ibérica sin capacidad suficiente para afrontar una crisis como la del pasado lunes
Casi una semana después del mayor apagón en la historia de la Unión Europea, ni el Gobierno ni Red Eléctrica han logrado esclarecer las causas del incidente. Lo que sí ha quedado en evidencia son las graves carencias estructurales del sistema eléctrico, cuya vulnerabilidad ha sido advertida durante años. Una de las más críticas es la escasa interconexión con otros países, que convierte a la península ibérica en una «isla energética», sin capacidad suficiente para afrontar crisis como la del pasado lunes.
Las interconexiones, que permiten el intercambio de energía entre países a través de líneas y subestaciones, son especialmente limitadas en el caso español. España y Portugal comparten un sistema integrado, pero solo existen dos interconexiones externas: una pequeña con Marruecos y otra con Francia. La ratio de interconexión de la península con Europa continental es del 2 %, muy por debajo del 15 % recomendado por Bruselas para 2030.
«Tenemos muy pocas interconexiones», explica Borja Osta, subdirector de Selectra y experto en energía. «La ubicación geográfica de España, con un istmo en los Pirineos y una conexión limitada con Marruecos, impone restricciones evidentes».
Esta deficiencia no es nueva. La última Estrategia de Seguridad Energética Nacional –que data de 2015– ya advertía que uno de los problemas más importantes de España desde el punto de vista energético es «el insuficiente nivel de interconexiones energéticas de la península con el resto del continente» y consideraba «de vital importancia» la necesidad de incrementar su capacidad. Lo preocupante es que este documento avisaba de los posibles riesgos antes incluso de la aprobación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) que contempla el cierre de las nucleares de aquí a 2035. Es decir, con unas condiciones todavía más complejas para garantizar el suministro de energías síncronas.
En octubre de 2020, el Consejo de Seguridad Nacional solicitó una revisión de dicha estrategia. Sin embargo, el Ministerio para la Transición Ecológica, entonces dirigido por Teresa Ribera, no avanzó en ese proceso. Al frente de la Secretaría de Estado de Energía, por cierto, se encontraba Sara Aagesen, hoy ministra del ramo.
A pesar de algunos intentos del Gobierno por reactivar el asunto, los avances han sido mínimos. La última fue el pasado año, cuando miembros del Ejecutivo se reunieron con sus homólogos franceses en París para abordar varios proyectos sobre futuras infraestructuras energéticas. No obstante, el encuentro propició más buenas intenciones que avances concretos.
Uno de los proyectos más interesantes es la interconexión submarina por el golfo de Vizcaya, pero a pesar de su importancia –permitiría aumentar la capacidad de intercambio en hasta 5.000 MW– su puesta en marcha ha sufrido varios retrasos por la oposición de los grupos ecologistas y hay dudas de que esté listo para 2028.
Claves para la restauración del sistema
Estas interconexiones son clave tanto para la prevención de apagones como el sufrido el pasado lunes como para la recuperación de los mismos, como explicaba esta semana el director del Programa de Energía y Cambio Climático del Instituto ElCano, Gonzalo Escribano. «Hay unos objetivos europeos y tenemos que avanzar. Pero no solo con Francia, sino con Italia, con Marruecos y con Argelia, especialmente en un sistema con tanta penetración de las renovables», apuntaba en declaraciones a TVE.
Al respecto, Osta añade la importancia de la diversificación: «Si ha pasado una vez, puede pasar más. Diversificar permite generar alternativas en caso de problemas». «España no puede tener esa dependencia de las renovables: necesita tecnologías que aporten más estabilidad y más capacidad de maniobra y la única manera de solventar esto es poner almacenamiento», concluye.
Pero lo que ha puesto de manifiesto este apagón es la poca seriedad del Gobierno en materia energética. Más preocupado en desmantelar las centrales nucleares por cuestiones ideológicas, lleva años obviando las advertencias que repetidamente se han puesto sobre la mesa. Lejos de depurar responsabilidades, el Ejecutivo lleva una semana acusando a las compañías privadas de ocultar información y al PP de difundir mentiras. Y, mientras, millones de españoles siguen sin saber qué causado el incidente.