Trump lo consigue: el déficit del gobierno federal comienza a bajar
El recorte del gasto público después de muchos años subiéndolo es, no sólo bueno, sino que muy necesario
Por fin una buena noticia para el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y para todos los norteamericanos. El déficit del gobierno federal, por el que han tenido que endeudarse hasta llegar a los 36,2 billones de dólares y estar pagando 1,2 billones de dólares año, está empezando a bajar y a hacerlo de forma contundente, pues llevan ya dos meses seguidos reduciendo de forma sustancial los gastos y subiendo la recaudación por impuestos, y eso está dándole la vuelta a la tortilla.
Estamos en un entorno internacional marcado por déficits elevados. La Unión Europea (UE) cerró el año con 568.073 millones de euros de déficit, un 3,2 % del PIB, pero con tres de los cuatro países más importantes con déficit iguales o superiores a la media.
En la UE, solo se salva Alemania, que terminó con un 2,8 %, porque Francia dio un cantazo mundial con un déficit del 5,8 %, Italia con un 3,4 % y España con un 3,2 %, aunque en este caso ya sabemos que trampearon las cifras.
Que una Administración como la americana que en enero incrementó el déficit en un 486 %, en el mes que tomaba posesión el nuevo presidente, me parece de una desfachatez y una barbaridad tanto política como económica. Da la sensación de que, o bien se gastó por gastar, o bien se afloró muchas cosas que estaban pendientes de contabilizar en los capítulos de gasto.
En el control del gasto hay que felicitar a Trump sin duda alguna
En enero aumentó el gasto en un 28,6 %, lo cual suena a una auténtica barbaridad y un ataque directo al nuevo presidente.
Pero si aislamos el caso de enero, hay algo que demuestra que hay una clara involución en los gastos. Si en un mes como el de enero crece el gasto en un 28, 6 %, es casi imposible que en solo cuatro meses el gasto se haya controlado y menos que lleve dos meses consecutivos bajando.
Igual que a Trump le he criticado por sus vaivenes en el tema de los aranceles y el usar la técnica del póker de echarse faroles para ganar las manos, creo que en el control del gasto hay que felicitarle sin duda alguna. Está acertando y está consiguiendo reducir de forma sustancial esta partida.
Por otro lado, en los ingresos por impuesto todavía no ha hecho nada, pero es hasta lógico que todo tenga que ser abordado en fases. Los ingresos que está obteniendo, a la vez que reduce los gastos, pueden llevar a los Estados Unidos a conseguir atajar la sangría que estaban suponiendo los intereses de la deuda.
Controlar los gastos y reducir el déficit le va a permitir endeudarse a tipos más bajos e incluso la deuda que tenga que renovar sea también a tipos más bajos que el 3,32 % medio que tiene actualmente. Esto puede ayudar a reducir la factura de 1,2 billones de dólares por los intereses que les asfixian.
Los datos que ha facilitado el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos son los siguientes:
Los ingresos en estos cuatro meses han crecido un 9,2 % y desde luego no se ve ninguna manifestación de bajada de impuestos a corto plazo, a pesar de ser una promesa electoral. Las subidas de recaudación pueden venir afectadas por los aranceles, si bien el Tesoro no informa de cuanto ha podido ser por esta partida, pero dados los vaivenes de la Administración Trump, no es fácil estimar cual sea el efecto de los aranceles y el efecto generado por la propia economía.
Por otro lado, el gasto público del gobierno federal de los Estados Unidos sólo creció un 1,8 %, a pesar del crecimiento del 28,6 % del gasto público en el mes de enero, pero con la gran noticia de la bajada del 7,1 % de marzo y del 13,8 % del mes de abril.
Si se quiere se puede, como lo acaba de demostrar Trump, que ha conseguido empezar a ganar la batalla al gasto público de EE.UU.
Esto ha llevado a que, a pesar del crecimiento del déficit en enero del 486 %, abril se produce un superávit de 258.400 millones de dólares con un crecimiento del superávit frente al año 2024 del 186 %.
El primer tercio del año termina magníficamente, con una bajada del déficit total del 27,6 % que equivale a haber reducido el déficit en 128.445 millones de dólares.
Si se quiere se puede, como lo acaba de demostrar Trump, que ha conseguido empezar a ganar la batalla al gasto público de los Estados Unidos. Dos meses seguido de bajadas no es una casualidad, es un trabajo bien hecho en cortar gasto político que no sirve de nada, ni aporta valor a la economía, ni a la sociedad, solo a los que se lucran de ese gasto.
En España tenemos que aprender de las lecciones de Javier Milei y de Donald Trump, sobre todo de las buenas decisiones. El recorte del gasto público después de muchos años subiéndolo es, no sólo bueno, sino que muy necesario.