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Análisis económicoJosé Ramón Riera

El coste de la deuda crece un 11 % y ya supone el 15 % total del gasto

No sé en qué mundo viven los economistas afines al Gobierno cuando salen a decir que este año el saldo primario iba a ser positivo

Llevamos desde el 2007 teniendo que pedir dinero prestado para poder pagar los intereses. Esto significa que, entre los gastos de la Administración Central del Estado, el peso de los gastos financieros no para de subir. Para que lo entendamos de forma clara: es como si una familia para pagar los gastos de una tarjeta de crédito usa otra tarjeta de crédito. Así desde diciembre de 2007, en que fue el último año que generamos un saldo positivo primario, para poder pagar la «tarjeta de crédito de los intereses».

Un exministro de Zapatero decía hace poco en un tuit que este año, según los planes del Gobierno, por primera vez íbamos a volver a la senda del 2007 y que el saldo primario, volvería a ser positivo. Es decir, el saldo entre el déficit total, menos los intereses de la deuda, sería positivo. No sé en qué mundo viven los economistas afines al Gobierno cuando salen a decir tamaña barbaridad, no sé si son unos ilusos o tan vagos que no son capaces de leerse lo que publica el Ministerio de Hacienda y la Intervención General de la Administración del Estado que, a cierre de agosto, dice que el saldo primario es negativo en 12.408 millones, que supone nada más y nada menos que el 0,74 % de déficit sobre el PIB.

No solo no vamos a tener que seguir pidiendo prestado este año, sino que lo que es peor es que no hay un solo plan para que esto pare. El pasado día 11 de octubre, con los datos del Tesoro Público, publiqué un artículo en el que explicaba que en septiembre habíamos tenido que pedir otros 11.800 millones de deuda y que en los nueve primeros meses del año, ya sumábamos 85.000 millones de deuda nueva. Con eso si alguien piensa que pagando los bonos a 10 años ya a casi un 3,3 %, vamos a ser capaces de reducir los intereses de la deuda es que vive en el mundo Alicia y su país de las maravillas.

Pero si solo fuese este el problema que tenemos, se podría poner foco en él, pero lo que sucede es que estamos el país de Nunca Jamás, pero donde el Capitán Garfio (Sánchez) va a ganar la batalla del descontrol y del derroche y nos va a dejar un país en la ruina total.

Para que sepamos cómo hemos cerrado agosto, con los datos del Ministerio de Hacienda, he preparado como están los gastos de nuestro país en la Administración Central y así podremos observar que mientras la inflación sube hasta agosto un 2,7 %, los gastos del Capitán Garfio se disparan un 11,8 %.

Los Gastos de Personal suben un 5,7 %, 3 puntos porcentuales más que la inflación, porque no se paran de meter más bocas que comen de los impuestos, ya suponen un 9,3 % del total de los gastos.

Los Gastos Corrientes se disparan un 7,6 %, casi 5 puntos por encima de la inflación, y como nadie se preocupa, ni ocupa, la cifra ya supone un 2 % del total y nos hemos gastado 212 millones más que hace un año.

Los Gastos Financieros se ha convertido en la segunda partida de gasto más importante, con 23.272 millones un 11,1 % más, 8,4 puntos más que la inflación y representa el 15,2 % de los gastos.

Las Transferencias Corrientes, que se hacen a las Comunidades Autónomas, a los Ayuntamientos, a las Diputaciones y a la Seguridad Social, suben un 12,5 %, casi diez puntos más que la inflación y suponen, de largo, la mayor partida de gastos con un peso del 63,5 %.

Las Inversiones Reales suben un 32,9 %, porque en 2024 el gasto fue ridículo y este año se está empezando a comprar material de guerra para Defensa. En cualquier caso, el peso sigue siendo ridículo y supone solo un 2,3 %. Y las Transferencias de Capital, para que se use ese dinero en Inversión por los receptores de las Transferencias, sube un 8,5 % y suponen un 6,8 % del total de las Operaciones no Financieras.

El Gasto Público, por lo tanto, se ha ido hasta los 153.324 millones a cierre de agosto, lo que supone una subida del 11,8 %, 9 puntos por encima de la inflación y un despilfarro adicional de 16.178 millones.

Y ahora si alguien ha llegado hasta aquí, se puede hacer una pregunta para la que respuesta no es sencilla. ¿Si el gasto de la Administración Central sube en 16.177 millones de euros, como es posible que la deuda se dispares en 85.000 millones? Pues si sumamos a los 16.000 millones más de gasto y el déficit real que hay que cubrir de la Seguridad Social son unos 35.000 millones, todo suma 51.000 millones.

El resto, que es la diferencia con 85.000 millones, son 34.000 millones que habría que preguntar a Garfio y sus piratas a donde han ido y porque los hemos necesitado.

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