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Teresa Ribera y su sucesora en el Ministerio, Sara Aagesen, en la toma de posesión de la segunda

Teresa Ribera y su sucesora en el Ministerio, Sara Aagesen, en la toma de posesión de la segundaEFE

El plan de Teresa Ribera para cerrar las centrales nucleares entra en caos

La saturación de parques renovables hunde los precios mientras que la demanda no despega por la falta de inversiones

El Gobierno puso en las tecnologías renovables el foco de impulsar la transición ecológica en España. Así se grabó en el Plan de Energía y Clima (PNIEC), la hoja de ruta energética que redactó Teresa Ribera en 2021 y amplió en 2024, antes de pasar el testigo a Sara Aagesen. Sin embargo, muchas de estas instalaciones, llamadas a ocupar un lugar central en el sistema eléctrico para compensar, entre otros, el cierre de las centrales nucleares, corren ahora el riesgo de morir de éxito.

El PNIEC contempla para 2030 incrementar la potencia instalada renovable en 105 GW, hasta un total de 160 GW en un sistema que contaría con 214 GW. La renovable, por tanto, supondría el 81 % de la generación del conjunto del sistema. Sin embargo, a fecha actual, los proyectos ya en funcionamiento o previstos superan holgadamente este objetivo. Lo que podría a priori ser motivo de felicitaciones está en realidad teniendo como consecuencia el hundimiento de los precios energéticos en las horas de máxima generación solar, con el consecuente impacto sobre las inversiones.

Los expertos advierten de «una saturación creciente» de la capacidad de generación renovable, «especialmente la solar». Y también constatan «una brecha cada vez más evidente entre transacciones pasadas y las valoraciones actuales del mercado». Según un informe de la consultora estadounidense Alvarez & Marsal (A&M), los proyectos en fase temprana de explotación han sufrido caídas de precios cercanas al 60 %.

Central de Almaraz, cuya actividad genera empleo y estabilidad en Campo Arañuelo

Central de AlmarazCedidas

En el caso de la energía solar fotovoltaica, el exceso de potencia sobre el objetivo alcanzaría el 50 %, mientras que en el de la eólica es del 5 %. Esto se suma a que la demanda, contrariamente a lo que se pensaba, no solo no se está incrementando, sino que se ha contraído un 3,7 % en el último año. Alvarez & Marsal señala que nuevas inversiones, como los centros de datos, podrían reactivar esta demanda, pero tal y como denunciaron las eléctricas, la saturación de la red es tal (el 84 % de los nudos en la red de distribución están llenos) que no da abasto.

«El elevado volumen de inversión destinado en los últimos años a la generación renovable no ha ido acompañado de un crecimiento proporcional de la demanda ni de una inversión suficiente en infraestructuras de la red. Esta asimetría está generando desequilibrios que amenazan la rentabilidad de los proyectos y la estabilidad del sistema eléctrico», según Gabriel Valtueña, responsable de infraestructuras y proyectos de capital en A&M.

De ahí que el Gobierno haya anunciado un enorme plan de inversiones, de 13.590 millones de euros, un 62 % más que en la planificación anterior. «El nuevo marco regulatorio es clave para recuperar la confianza de los inversores», añade Valtueña.

En paralelo al despegue renovable, el PNIEC prevé un fuerte alza del almacenamiento –clave para las renovables, cuya producción es intermitente– que no se ha producido. Otro de los puntos que preveía fomentar, el del autoconsumo, se ha demostrado una vulnerabilidad para el sistema eléctrico, como reconocía Red Eléctrica en la petición urgente de modificar cuatro procedimientos de operación. Estas instalaciones –cuya implantación también se ha frenado de forma importante en los últimos meses– quedan fuera del radar de Red Eléctrica, «por lo que no puede anticipar su comportamiento».

Sin embargo, el plan del Gobierno se apoya en el crecimiento de las renovables y el almacenamiento para empujar al cierre a las centrales nucleares. El propio PNIEC recoge que la capacidad instalada nuclear será de 3,2 GW en 2030, frente a los 7,4 GW actuales, por el cierre de las plantas atómicas de Almaraz (2027 y 2028) y Ascó I y Cofrentes (2030).

Reunión clave para el futuro de Almaraz

Precisamente este martes está previsto que se reúnan los propietarios de Almaraz, con la posibilidad de pedir formalmente una prórroga de su vida útil sobre la mesa. La petición llegaría después de que el papel de la nuclear como sostén del sistema eléctrico haya quedado evidenciado en la Comisión del Senado que investiga el suceso del pasado 28 de abril, y a la espera del informe definitivo de ENTSO-E (la asociación europea de gestores de redes en la que se integra Red Eléctrica) y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Tanto los máximos directivos de Iberdrola como Endesa, principales propietarios de la planta, se han pronunciado en público sobre la idoneidad de mantener abierta la instalación. Ayer fue Francisco Reynés, el presidente de Naturgy, con una participación minoritaria en la planta extremeña, quien volvió a respaldarlo. «Volvamos a hacer los números. Las cosas que han pasado (desde 2019, cuando se firmó el cierre escalonado de las plantas) pueden hacernos cambiar», afirmó ayer.
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