El Ingreso Mínimo Vital vuelve a crecer, y muestra que nuestra economía está llena de agujeros
No vamos como un cohete. Nuestra economía crece porque somos 2,5 millones más de habitantes que comen, gastan, alquilan y pagan servicios. Pero de forma individual, los 48,5 millones de habitantes en España somos más pobres
El Ingreso Mínimo Vital (IMV) se aprobó en junio de 2020, mediante el Real Decreto-ley 20/2020 de 29 de mayo, y empezó a aplicarse oficialmente el 1 de junio de 2020. Fue una de las medidas estrella del Gobierno de coalición PSOE–Unidas Podemos, impulsada por el entonces ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
El IMV fue una respuesta al impacto económico de la pandemia y, en teoría, llegaba para ayudar a los miles de hogares que se quedaron sin ingresos. Su implantación fue un auténtico desastre y en el tercer trimestre del año, cuando la pandemia seguía teniendo unos efectos desastrosos, el «Gobierno de los que nunca te dejarán atrás» sólo consiguieron que llegasen 117 millones de euros a los afectados.
Un plan que debía acabarse justo cuando se superase el problema de la pandemia, siendo una medida de emergencia, se ha incrustado en el sistema de protección social del Estado, como pueden ser las pensiones o el desempleo. Esto solo puede entenderse si nuestra economía no es capaz de absorber la pobreza que está generando este Gobierno.
Estamos en frente de una de las realidades más duras de nuestro país. Caritas dice que hay 4,3 millones de pobres totales. La tasa AROPE (A Risk of Poverty), es decir, las personas que están en riesgo de exclusión social y de pobreza y que tiene tres indicadores para medirlo:
- Cuantas personas tienen unos ingresos son inferiores al 60 % de la mediana nacional por unidad de consumo (10.000€ por persona).
- Cuantas personas no pueden permitirse al menos 7 de 13 elementos básicos como calentarse adecuadamente en invierno, comer carne, pollo o pescado cada dos días, afrontar gastos imprevistos, tener coche, lavadora, televisión, teléfono o vacaciones.
- En cuantos hogares los adultos trabajan menos del 20 % de su potencial total de trabajo durante el año.
Según Eurostat, en España hay el 25,8 % de la población en esa situación de pobreza y riesgo de exclusión social, que equivale a 12,5 millones de personas. También la propia Eurostat, en su último informe de sentimiento de pobreza, nos indica que 11 millones de españoles piensan que son pobres.
Para que vean que las cosas están más que fastidiadas, por mucho que nos quieran contar, he preparado una comparación de lo que ha pasado con el IMV desde que este se implantó.
El año de su implantación no vale a efectos de comparación estadística y lo pongo simplemente para que se vea que nuestra Administración Pública y en concreto la Seguridad Social, no son precisamente el caballo del Llanero Solitario en implantar las soluciones y ponerlas en marcha.
Por lo tanto, la comparación hay que hacerla con los nueve primeros meses del 2021, cuando ya la pandemia remitía, las vacunas habían llegado y la economía española empezaba a salir de su marasmo.
En esos primeros nueve meses, la cifra pagada por la Seguridad Social alcanzó los 1.403 millones y, desde entonces, aunque la economía, siempre según el Ministerio de Economía, crecía casi a la velocidad de la luz, la realidad es que hasta que llegó Elena Manzanera no conseguimos recuperar nuestro nivel del PIB del 2022, eso sucedió en 2023, después de varias modificaciones al alza de los trimestres anteriores.
Pero el IMV en 2022, cuando ya nos habíamos puesto en la cabeza de la recuperación económica de la UE, sube un 31,3 % y se va a 1.842 millones. Algún economista progre podrá decirme que la recuperación de Manzanera se produjo en 2023 y en eso va a tener razón.
Pero es que, en 2023, que ya vamos como una moto, en los nueve primeros meses, el IMV se va a 2.310 millones y crece un 25,4 %, vamos que cuanto más crecemos, más pobreza y exclusión social generamos.
Así en 2024 el IMV sigue creciendo hasta los 2.730 millones y su crecimiento en porcentaje es del 18,2 %, menos que en 2023, dirán los del ala izquierda de la economía, pero hay que recordarles que en ese momento se acuño la frase de vamos como un cohete, aunque quizás Sánchez se quería referir a la pobreza.
Y llegamos al 2025 y la cifra vuelve a subir hasta los 3.295 millones y el porcentaje de crecimiento se va al 20,7 %, por encima de lo que creció el cohete del 2024. Claro que como ya he mostrado, en diferentes artículos: Crecemos realmente un 25 % menos, o en El PIB está inflado en un 0,3 % y, por lo tanto, es natural que la pobreza crezca y no nos quede otro remedio que asumir que a nuestro país lo están empobreciendo sus gobernantes y que quienes pagamos su incompetencia somos los ciudadanos, que además de su incompetencia pagamos los impuestos.
No vamos como un cohete, nuestra economía crece, porque somos 2,5 millones más de habitantes y porque esos 2,5 millones, comen, gastan, alquilan y pagan servicios. Pero de forma individual, los 48,5 millones de habitantes en España somos más pobres.