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Paneles del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid.

Paneles del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid.EP

Las empresas españolas disparan su endeudamiento en bonos de alto riesgo mientras se hunden las salidas a Bolsa

Las compañías aumentan su endeudamiento hasta niveles récord para captar 16.000 millones, ante un mercado de capitales «estancado»

El mercado de financiación de las empresas españolas empieza a dar síntomas preocupantes. Las sociedades están optando masivamente por el endeudamiento en lugar de acudir a las bolsas, una dinámica que pone a las compañías en una situación de vulnerabilidad frente al riesgo. Los expertos advierten de que la simplificación burocrática es clave para fortalecer la competitividad y movilizar el capital privado.

Según la octava edición del informe anual Indicadores KPI de la Unión de los Mercados de Capitales que elabora la Asociación de Mercados Financieros de Europa (AFME), correspondiente al primer semestre de 2025, el incremento total de la financiación captada en los mercados por las compañías españolas fue del 6 % interanual, alcanzando los 16.000 millones de euros.

La práctica totalidad de ese crecimiento se debió a la deuda, impulsada por un repunte del 42 % en bonos de alto rendimiento (4.000 millones de euros), mientras que la captación de capital mediante salidas a bolsa (OPV) se desplomó un 49 % (hasta 800 millones de euros). La emisión de bonos con grado de inversión también aumentó un 3 %, hasta los 10.800 millones de euros. Es decir, mientras la deuda sigue disparada, la capacidad de las empresas para captar capital propio –ya sea a través de la venta de acciones o la retención de beneficios– se está secando de forma dramática.

«El informe muestra señales positivas en el acceso al capital para las empresas españolas, pero también pone de manifiesto el estancamiento del mercado de renta variable y la necesidad de reforzar la financiación vía capital», explica Adam Farkas, director ejecutivo de AFME, patronal que integra a los principales actores de la industria financiera, entre los que se encuentra BBVA, Santander o CaixaBank.

Para el mercado de capitales, que está registrando un nivel «extremadamente bajo de salidas a bolsa», esta tendencia al endeudamiento es alarmante, pues aumenta la vulnerabilidad financiera de las compañías. El valor de las ampliaciones de capital, otra vía clave para captar fondos mediante la emisión de nuevas acciones, también cayó significativamente, reduciéndose un 31 %, hasta los 400 millones de euros.

Este problema no es solo la composición de la financiación, sino el bajo uso general de los mercados de capitales en España. A pesar de los 16.000 millones de euros captados, solo el 7 % de la financiación de las sociedades no financieras españolas provino de la financiación basada en el mercado (bonos y acciones) durante el primer semestre de 2025. Esta proporción se mantiene sin cambios respecto al año anterior y sitúa a España muy por debajo de la media de la UE (13 %) y, de manera más dramática, de competidores como el Reino Unido y EE.UU. (ambos con 29,8 %). Esta cifra demuestra que España sigue rezagada en el ranking europeo, ocupando el puesto 17 en el indicador de Financiación de Mercado, lo que evidencia la fragmentación del mercado y el bajo o nulo uso de la financiación basada en el mercado por parte de las empresas en un tercio de los países de la UE.

La inversión de los hogares en instrumentos de mercado (como acciones, bonos o fondos) equivale al 66 % del PIB nacional, situándose muy por debajo de la media europea (94 %). «España necesita seguir avanzando para movilizar el ahorro de los hogares», según Farkas, ya que una menor participación del ahorro minorista se asocia con una menor liquidez en el mercado. De hecho, promover la inversión minorista «mejora la liquidez del mercado», y el desarrollo de pools de capital más profunda es la clave principal para mejorar la liquidez del mercado de renta variable.

Financiación sostenible

Este estancamiento del capital se extiende a la financiación sostenible, un área donde España es tradicionalmente líder en Europa. España fue el sexto mayor emisor de bonos sostenibles de la UE durante el primer semestre de 2025; sin embargo, el volumen total de bonos ESG emitidos se redujo un 12 % interanual, hasta los 9.500 millones de euros.

El descenso fue resultado de una fuerte caída en la emisión de bonos verdes (reducción del 40 %) y sociales (caída del 100 %), aunque se compensó parcialmente por un «repunte excepcional del 181 %» en bonos sostenibles. Pese a este dinamismo, que incluyó grandes emisiones de 1.500 millones de euros por parte de la Comunidad de Madrid y otra de igual valor de la Junta de Andalucía, el porcentaje de bonos totales emitidos en España que contaban con etiquetado ESG fue de tan solo 4,9 %, lo que amplía la brecha con la media de la UE, que se sitúa en el 10,7 %. Esto sugiere que el auge de la deuda no sostenible –como los bonos de alto rendimiento– ha crecido a un ritmo mucho más rápido que la deuda con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).

Fuga de «unicornios»

La debilidad del mercado de capitales también se refleja en la financiación de las empresas más innovadoras y de rápido crecimiento (pymes y startups), que son la base de las futuras OPV. El informe de AFME señala una mejora, ya que el 1,7 % de la inversión total en pymes procedió del capital riesgo (Pre-IPO Risk Capital) durante el primer semestre de 2025, frente al 0,4 % del mismo periodo de 2024. No obstante, los expertos europeos advierten que, a nivel continental, se está produciendo un «cambio profundo» en la estructura de financiación de estas empresas.

Las empresas de alto crecimiento conocidas como «unicornios» –valoradas en más de 1.000 millones de dólares– están optando por permanecer en los mercados privados por más tiempo. Si en 2016 más del 70 % de los unicornios europeos terminaron realizando una Oferta Pública de Venta (OPV) en cuatro años, en 2025, el 90 % de los unicornios surgidos en 2021 seguían siendo privados, y solo el 5 % había completado una salida a bolsa. Esta tendencia refleja una «dependencia creciente de los mercados privados para la financiación a largo plazo» y es una consecuencia directa de la «limitada profundidad y actividad del mercado europeo de OPVs». En el caso de España e Italia, el capital de riesgo es frecuentemente «sustituido por la financiación bancaria» en las pymes.

Simplificación regulatoria

En términos de competitividad general del mercado de capitales, el problema de la dependencia de la deuda está pasando factura a España, que se sitúa en decimocuarta posición del ranking europeo. Esto representa una ligera pérdida de terreno respecto al promedio de los tres años anteriores, atribuida principalmente a la reducción de la liquidez, la contracción de la financiación sostenible y la menor disponibilidad de capital.

No obstante, nuestro país muestra avances en áreas clave para la modernización del sistema financiero. Se consolida como un actor destacado en el desarrollo de los fondos europeos de inversión a largo plazo (ELTIFs), al ofrecer la cuarta cifra más alta de la Unión con 77 instrumentos registrados. Asimismo, la transferencia de préstamos hacia los mercados de capitales (titulizaciones) aumentó al 2,8 % del total de préstamos, situándose por encima de la media de la UE (1,6 %). En el sector FinTech, España se ubica en la decimoquinta posición. Aunque la inversión en tecnológicas españolas cayó un 10 % y el número de patentes se redujo un 2 %, el sector experimentó un fuerte aumento del 201 % en fusiones y adquisiciones (M&A) y un 47 % más de salidas, lo que refleja un ecosistema en «consolidación, con mayor madurez en operaciones corporativas», si bien necesita reforzar su capacidad de innovación.

En última instancia, el informe de AFME concluye que, pese a los avances sectoriales, la UE en su conjunto sigue rezagada frente a sus homólogos globales. Para superar la fragmentación del mercado y el «estancamiento del mercado de renta variable» que afecta especialmente a España, Farkas insiste en que España debe «seguir avanzando hacia una Unión del Mercado de Capitales plenamente integrada» para diversificar las fuentes de financiación, movilizar el ahorro de los hogares y apoyar la transición verde y digital de las empresas. Para ello, la simplificación regulatoria es «determinante», ya que reducir la complejidad innecesaria y los costes asociados a Bruselas es la palanca que «impulsará la inversión y la innovación» y «fortalecerá la competitividad» de las empresas españolas en el escenario global.

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