Cataluña
Un curso de formación para profesores de Barcelona contiene hasta 47 faltas graves de ortografía
El Consorcio de Educación de Barcelona, un ente público dependiente tanto de la Generalitat como del Ayuntamiento, elabora un taller trufado de patadas al diccionario
De mal en peor
El desastre de la inmersión y las competencias
La primera de ellas es la inmersión, que a la vista está que en vez de funcionar, sigue ahondando tanto en las diferencias como en los problemas. Hasta la misión europea que visitó las aulas de Cataluña acabó afeando al Gobierno autonómico la ausencia de una alternativa a este modelo de imposición lingüística.
Docentes Libres, una plataforma de profesores organizada para plantar cara al adoctrinamiento nacionalista, concluyó que los datos han demostrado que la inmersión obligatoria en una lengua no materna –como sucede actualmente con el catalán–está perjudicando el aprendizaje, y ponen el último informe PISA como ejemplo.
No acaban ahí las razones. En Cataluña, como en el resto de España y posiblemente, parte del continente, la educación por competencias en detrimento de los conocimientos ha hecho aguas.
En pleno debate sobre el modelo catalán, los sindicatos han hecho llegar el descontento de la comunidad educativa. El secretario general de Profesores de Secundaria, Xavier Massó, no se mordía la lengua recientemente en una entrevista en RAC1: «La educación por competencias ha sido un error garrafal. ¿Qué quiere decir competencias? ¿Saber hacer una cosa? Pero yo debo saber por qué la hago. Si no me enseñan las bases, difícilmente lo podré entender. Pero ahora, una cosa teórica está maldita».