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Un alumno estudiando mediante la técnica del subrayado

Un alumno estudiando mediante la técnica del subrayadoPexels

Subrayar y releer no es una buena técnica de estudio, aunque sea la mayoritaria entre los estudiantes

Una investigación española revela cuáles son las estrategias de aprendizaje efectivas para los estudiantes y las que no

Subrayar y releer es una práctica habitual entre los estudiantes para memorizar la materia. De hecho, en muchas ocasiones esta ha sido la técnica de estudio mayoritaria para terminar con éxito el curso académico. Sin embargo, una reciente investigación ha concluido que esta estrategia de estudio no es la más aconsejable si lo que queremos es quedarnos con lo aprendido. «Releer, subrayar, copiar apuntes o el libro de texto, o intentar memorizar contenidos con un nivel mínimo de comprensión (...) son conductas de estudio que podrían considerarse de baja elaboración», destaca.

La investigación, publicada en la revista Cognitive Research: Principles and Implications, ha sido realizada por Héctor Ruiz Martín, director del International Science Teaching Foundation; Marta Ferrero, vicedecana de Investigación de la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Madrid; y Fernando Blanco, profesor de Psicología Social en la Universidad de Granada. Se trata de un estudio basado en encuestas y dirigido a gran muestra de estudiantes localizados en Cataluña, en concreto 5.063 estudiantes de secundaria (de 7º a 12º curso) de 27 centros educativos.

En opinión de los investigadores, las mejores técnicas de estudio pasan por aquellas que implican una elaboración y autoevaluación por parte del estudiante. Además, «estas técnicas muestran una mayor asociación con actitudes positivas hacia el aprendizaje que las técnicas no respaldadas», aseguran.

Así, entre las conclusiones extraídas, el estudio confirma que los estudiantes que espacian sus sesiones de estudio mejoran la memoria y el aprendizaje de la materia. En segundo lugar, también han confirmado que la elaboración de la materia a estudiar, esto es, hacer cada uno sus propios resúmenes y tratando de comprender, integrar y conectar conceptos con antiguos y nuevos facilita recordar esa nueva información en el futuro, a diferencia del aprendizaje memorístico, que sería el de releer y subrayar. Para la autoevalución, el estudio concluye que estrategias como contarle la lección a un compañero o realizar tarjetas de autoevaluación, tipo flashcards, son más efectivas que recitar en alto un texto aprendido de memoria. Sin embargo, la tendencia entre los estudiantes españoles es la de aplicar técnicas de estudio de baja elaboración y el 80 % aseguró que nunca había sido formado en métodos de estudio.

«Si el uso de técnicas de estudio adecuadas contribuye a su logro, enseñarles cómo aprender y alentarlos a aplicar este conocimiento debería ayudar a mejorar su autoeficacia y, en consecuencia, su motivación», explican. Al mismo, tiempo, explican, sentirse mejor preparado de cara a un examen ayudará a «bajar los niveles de estrés» de los alumnos al enfrentarse al mismo.

Música y móvil

La investigación también analiza el entorno de estudio de los alumnos a la hora de ponerse a estudiar. Las respuestas ofrecidas por los encuestados arrojan que el 25,31 % estudia siempre o casi siempre con música de fondo, el 24,25 % interrumpe su concentración para revisar el móvil durante la sesión de estudio (por motivos ajenos a los objetivos de aprendizaje) y el 3,8 % estudia con la televisión de fondo. Unos hábitos que suponen, según aseguran, una distracción poco recomendada.

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