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28 de abril de 2024

Irantzu Gallastegi es pareja de 'Txapote', junto al que cometió buena parte de los atentados en los que participó

Javier García Gaztelu 'Txapote' pasó de sanguinario miembro de comandos a la cúpula de los terroristasEFE

Txapote, y el resto de la cúpula de ETA, diseñó y planificó el asesinato del juez Querol, según un informe

Un documento de Inteligencia señala que eran los máximo dirigentes terroristas, y no los comandos, quienes organizaban los atentados

Un informe de inteligencia de la Comisaría General de Información (CGI) determina que los comandos que ejecutaban los atentados de ETA no eran más que unas marionetas que ejecutaban las órdenes que venían de arriba, de la cúpula.
Era ésta, y no otra, la encargada del «diseño, la planificación, la coordinación, dirección y en ocasiones también de la orden o autorización de realizar los atentados terroristas que eran materializados por los comandos operativos», según explica el informe al que ha tenido acceso Europa Press y que confirma las tesis que han llevado a la asociación de víctimas del terrorismo Dignidad y Justicia a encausar a todas las cúpulas etarras por media docena de atentados terroristas que incluyen el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, el de Gregorio Ordóñez y el del juez Querol.
El informe concluye que los integrantes del Comando Madrid «siguió las instrucciones de sus responsables militares» y además se encargó de desplegar «la estrategia militar planificada por ETA en la capital de España durante el tiempo que permaneció activo (octubre de 1999-noviembre de 2001)», en referencia al comando que asesinó en octubre de 2000 al juez Querol, su escolta, su chófer y un conductor de la EMT.
Así pues, la cúpula en aquellos años estaba formada por el cruel Javier García Gaztelu 'Txapote' y por Juan Antonio Olarra Guridi y Ainoa Múgica Goñi en el Aparato Militar; Ignacio Miguel Gracia Arregui 'Iñaki de Rentería' y Asier Oyarzabal Chapartegui en el Aparato Logístico; Mikel Albisu Iriarte 'Mikel Antza' y Vicente Goicoechea Barandiaran 'Willy' en el Aparato Político; Ramón Sagarzazu Gaztelumendi en el Aparato Internacional; y Maria Soledad Iparraguirre 'Anboto', en el Aparato Finanzas.

Sumamente jerarquizada

El informe recuerda que ETA era una organización «sumamente estructurada y jerarquizada, en la que sus integrantes tenían una labor encomendada y un responsable al que rendían cuentas de ese desempeño».
«Este responsable les trasmitía las órdenes emanadas de otro responsable superior o directamente del órgano directivo», señala para añadir que la estructura era «muy cerrada y casi de naturaleza militar», y que cada miembro de ETA dependía de un responsable y ese de otro superior, «en una cadena piramidal».
Y en este contexto, concluye la Policía que todos los militantes conocían la existencia del Comité Ejecutivo y que las órdenes de cada responsable se acataban «en la convicción de que no se trataba de una orden personal, sino que respondía a un plan elaborado por la cabeza de la organización, esa comisión directiva que era el Comité Ejecutivo o ZUBA».
Los servicios de Inteligencia llegaron a esta conclusión a raíz de la confesión y la «cantada» (explicación de todas sus acciones a la cúpula de ETA, a la que estaban obligados los terrorristas) de la integrante del Comando Madrid o Comando Buruhauste, Ana Belén Egüés después de ser detenida.
«La declaración de Ana Belén Egües goza de plena veracidad puesto que coincide plenamente con el contenido de su cantada, incluso en este último documento aporta más datos que en el primero en su afán por poner en conocimiento de los responsables de ETA todos los datos referidos a la actividad del comando en aras de la seguridad de la organización y sus militantes», aclara.

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