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Elisa Abruñedo

Elisa Abruñedo

El asesino de Elisa Abruñedo confiesa su crimen diez años después

El presunto asesino, detenido el pasado martes, finalmente ha reconocido el crimen cometido en 2013 después de horas de interrogatorio

Finalmente, el detenido el pasado martes por el crimen de Elisa Abruñedo, asesinada en 2013, ha confesado el crimen ante la Guardia Civil.

La misma frialdad que ha necesitado para vivir una década apenas a 30 kilómetros del lugar del crimen sin que se notara su implicación, ha empleado ante la Benemérita, y los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) han tenido que interrogar al sospechoso durante horas y horas hasta que el detenido se ha venido abajo y ha reconocido el crimen.

Fue el 1 de septiembre de 2013 cuando Elisa Abruñedo salió a pasear, como hacía cada domingo, por los alrededores de su pueblo, Cabanas (La Coruña). Pero apenas a 200 metros de su casa, se topó con el ahora asesino confeso que abordó a Elisa y, según la autopsia, la violó y la mató con tres puñaladas. Nadie pudo escucharles. La mayor parte del pueblo se encontraba en esos momentos en la iglesia asistiendo al funeral de dos vecinos.

El asesino, no contento con la tropelía que había cometido, arrastró el cuerpo de Elisa hasta unos arbustos situados a 500 metros del pueblo y allí escondió hasta que fue encontrado. De él nunca más se supo durante 10 años a pesar de que vivía en Narón, una pequeña localidad situada apenas a 30 kilómetros de distancia.

La Guardia Civil no abandona

Pero si hábil fue el ahora detenido para permanecer escondido durante una década, más hábiles y profesionales fueron los agentes de la Guardia Civil, tanto de la Comandancia de La Coruña como de la Unidad Central Operativa y durante estos diez años no cejaron en su empeño de descubrir quién mató a Elisa.

Investigaron a todos los vecinos de la comarca con antecedentes. Ninguno coincidió en su ADN con los restos que se habían recogido en el cuerpo de Elisa Abruñedo. Lo mismo sucedió con la familia de la mujer. Así que optaron por realizar un cribado masivo entre todos los vecinos del pueblo y también de las localidades de la comarca.

Este cribado, la suma de los agentes de la Unidad Central Operativa que se unieron a la búsqueda de pistas el año pasado y los avances tecnológicos han facilitado el análisis de ADN y los investigadores pudieron localizar a una persona que presentaba una alta coincidencia. No era él, pero sí alguien muy cercano.

Avances tecnológicos

La búsqueda continuó hasta que esos mismos avances tecnológicos permitieron dirimir que el asesino era pelirrojo y ese dato cerraba mucho más el abanico de sospechosos. Había que buscar a un pariente del voluntario que dio su ADN y que fuera pelirrojo.

Hasta que finalmente el pasado martes fue detenido un vecino de Narón. Un hombre pelirrojo y familiar de quien se prestó a que le analizaran el ADN. El mismo hombre que este jueves ha confesado que sí, que él asesinó a Elisa Abruñedo.

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