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05 de mayo de 2024

Carles Puigdemont y Santos Cerdán en la reunión del pasado lunes en el Parlamento Europeo

Carles Puigdemont y Santos Cerdán en la reunión del pasado lunes en el Parlamento EuropeoPSOE EFE

Junts se resiste

Tensión máxima en el PSOE: Santos Cerdán trata de convencer a Puigdemont para que firme ya

El líder de Junts no tiene la misma prisa que los socialistas. Sabe que Sánchez está más en sus manos que nunca: el presidente en funciones ha ido demasiado lejos como para dar marcha atrás

Una mezcla de vértigo, tensión, miedo e incertidumbre se ha instalado en los despachos de poder en Ferraz y la Moncloa. La resistencia de Carles Puigdemont a firmar el acuerdo en torno a la ley de amnistía ha dejado la negociación en su momento más delicado.
En la capital belga está desde el miércoles el secretario de Organización del PSOE. Santos Cerdán se reunió desde las 10 de la mañana de este viernes con el líder de Junts para hacerle entrar en razón, pero el encuentro acabó sin acuerdo. Otra vez.
Puigdemont y la cúpula de Junts, el jueves en Bruselas

Puigdemont y la cúpula de Junts, el jueves en BruselasJxCat /EFE

Los socialistas pretendían anunciar sus acuerdos con ERC y Junts este jueves y registrar la proposición de ley en el Congreso el mismo jueves o el viernes por la mañana, a más tardar. Y, este mismo viernes, que la presidenta de la Cámara Baja anunciara el debate de investidura para la semana que viene, puesto que Francina Armengol ha convocado esta mañana reuniones de la Mesa del Congreso y Junta de Portavoces.
Pero el jueves, en paralelo a las comparecencias del ministro Félix Bolaños y de Oriol Junqueras, Puigdemont decidió parar las máquinas. «Siempre hemos dicho que por tratar con el sistema político español todas precauciones son pocas. Nos mantenemos, y nos afianzamos. No cambiaremos la prudencia y precauciones que hemos mantenido hasta ahora por más prisas que algunos tengan», escribió en sus redes después de mantener un encuentro con la cúpula de Junts.
El PSOE guarda silencio, pero el negociador jefe de Sumar, Jaume Asens, declaró este viernes en TVE que las desavenencias de Junts se focalizan en «un par de artículos» de la proposición de ley de amnistía. Asens también desveló que el partido de Puigdemont ha accedido a dejar fuera de la amnistía a su presidenta, Laura Borràs, condenada a cuatro años y medio de cárcel por trocear contratos para adjudicárselos a dedo a un amigo cuando dirigía la Institución de las Letras Catalanas. No obstante, Asens se mostró convencido de que «en las próximas horas» la investidura se desencallará.
Puigdemont sabe que ahora más que nunca Pedro Sánchez está en sus manos: el candidato a la investidura no puede permitirse que el presidente de Junts rompa la cuerda. No después de haber llegado tan lejos en sus cesiones al independentismo, que serían una losa para Sánchez en una hipotética nueva campaña electoral.
ERC le ha arrancado la ampliación de la amnistía a los CDR y a Tsunami Democràtic, la condonación de 15.000 de los 71.852 millones de euros que Cataluña debe al Fondo de Liquidez Autonómico, el traspaso de Rodalies, una mesa de diálogo en la que se hablará de una futura consulta y un relator o verificador.
También, la asunción de todo el relato independentista, el famoso «choque de legitimidades» del que siempre han hablado los sediciosos. Puesto que el acuerdo suscrito entre el PSOE y ERC reconoce una «situación de conflicto en el que convivían distintas legitimidades que operaron en direcciones opuestas: una legitimidad parlamentaria y popular con una voluntad manifiesta concretada en ese texto y una legitimidad institucional y constitucional, ambas imprescindibles en una democracia avanzada y en un Estado de Derecho».
Sánchez está en un punto de no retorno, pero los socialistas aseguran que Puigdemont está en una situación parecida. Que tampoco él puede permitirse que el acuerdo fracase. Porque ello haría aparecer a ERC como el gran triunfador, dentro del duelo que mantienen Esquerra y Junts por ver quién exprime más al presidente en funciones. Y porque todo el independentismo, incluido el más montaraz, sabe ya que Puigdemont lleva meses reuniéndose con dirigentes del PSOE para alcanzar un acuerdo.
Entretanto, la presión externa es máxima. Alberto Núñez Feijóo se reúne este viernes con sus portavoces en el Congreso, el Senado y el Parlamento europeo, y llamará a sus barones territoriales para «coordinar las acciones que sean pertinentes que garanticen la igualdad entre ciudadanos sean del territorio que sean», según fuentes del PP.
La Judicatura es una olla a presión. El próximo lunes, el CPPJ celebrará un pleno extraordinario forzado por los vocales conservadores, y la Asociación Profesional de la Magistratura -la mayoritaria- emitió el jueves un durísimo comunicado en el que define la amnistía como «el principio del fin de nuestra democracia».
Y mientras, los militantes del PSOE continúan votando en la consulta interna, cuyo resultado se conocerá el domingo. No se espera ninguna sorpresa pero, como ha contado El Debate, poco a poco van a apareciendo afiliados socialistas que proclaman abiertamente su «no».
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