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03 de mayo de 2024

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un mitin del partido en IFEMA

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un mitin del partido en IFEMAEFE

«Fiesta» socialista tras la investidura

Sánchez asegura que «el país estará más unido» tras sus cesiones a los separatistas

Los socialistas reunieron a 9.000 simpatizantes, para lo que fletaron decenas de autobuses desde todas las regiones. Junto a él, intervinieron la presidenta del partido, Cristina Narbona, y Rodríguez Zapatero

Pedro Sánchez entraba a IFEMA pletórico, ante los militantes, afiliados, y toda la plana mayor del PSOE que se concentraba este domingo en el recinto ferial de Madrid para celebrar una «fiesta», en palabras de su presidenta, Cristina Narbona, tras su investidura. Aseguró estar «muy contento» porque habrá «cuatro años más de Gobierno progresista», aunque se dejó ver un tono de enfado durante su intervención.
Bajo el lema 'Cuatro años más de progreso, España avanza', los socialistas habían organizado un gran acto para reflejar unidad en el partido, en medio del clima de tensión derivado de sus pactos con el separatismo y en concreto de la polémica ley de amnistía, sobre la que se han oído voces muy críticas fuera y dentro del PSOE, y que los actuales dirigentes también rechazaban antes de las elecciones. Para ello movilizaron a sus bases de todas las comunidades autónomas y fletaron decenas de autobuses.
Allí, junto a cerca de 9.000 simpatizantes, estaban Narbona, los ministros socialistas, los miembros de la Ejecutiva del partido y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, a quien tanto la presidenta socialista como Sánchez agradecieron su contribución a los resultados del PSOE en las elecciones generales. «Te damos las gracias, porque cuando las cosas se pusieron difíciles, y se pusieron muy difíciles, José Luis estuvo ahí echando la mano, y esta victoria también es gracias a José Luis Rodríguez Zapatero», expresó su sucesor.

Zapatero defiende la amnistía a gritos

Ante todos ellos, Sánchez defendió la amnistía como una «decisión trascendente para la democracia española» que traerá, dijo, «un país más cohesionado, con más convivencia y más unido que nunca». Antes, Zapatero también se esmeró en elogiar la norma impulsada por su partido, que «mira al futuro, a una España fuerte», dijo, y vaticinó, en grito, que un día un dirigente socialista dirá que «bajo un Gobierno de Pedro Sánchez se aprobó una ley de amnistía que abrió la puerta a la estabilidad, a la normalización, a la convivencia en Cataluña, y a una España mejor, más reconocida, más integrada, más cohesionada».
Defendiendo sus pactos con el separatismo, Sánchez criticó que PP y Vox llamaran a la movilización ante «un riesgo que no existe, que no es tal», aseveró, pese a las advertencias que han lanzado el Poder Judicial y entidades de diferentes ámbitos sobre las consecuencias para el Estado de derecho en España. «Nosotros sí tenemos un proyecto para España. La derecha y la ultraderecha solamente tienen insultos para la mitad de España», sentenció, y, en línea con la postura adoptada ahora desde Moncloa, dijo que al «ruido» de la oposición responderán «con mucha calma y serenidad».
Llamativa fue la presencia de decenas de banderas de España ondeando, como nunca antes en sus mítines, al menos en los más recientes. «Me encanta ver banderas de España aquí, porque nosotros también somos España», quiso recalcar el dirigente socialista. «No va a haber ni Trump, ni Milei, ni Bolsonaro, ni el holandés Wilders, ni Feijóo ni Abascal. Va a haber cuatro años más de Gobierno progresista», gritó con insistencia.
Y en plena oleada de protestas diarias frente a sus sedes para clamar contra sus pactos con el separatismo, sostuvo: «Podrán asediar y atacar las casas del pueblo, pero nunca van a poder derribar los principios y valores del PSOE, porque tenemos raíces muy profundas». Lo afirmó pese a que los históricos dirigentes del partido, entre ellos Felipe González, han expresado su rotundo rechazo a la deriva de la formación en los últimos tiempos y en concreto a los acuerdos con los partidos independentistas, que el propio Sánchez negaba antes de llegar al poder.
Sánchez también volvió a hablar sobre el conflicto en Oriente Medio. Tras sus polémicas declaraciones, que llevaron a Israel a acusarle de apoyar el terrorismo y a abrir una crisis diplomática entre España y el país hebreo, el presidente del Gobierno señaló que «condenar los viles atentados terroristas de una banda terrorista como Hamás y al mismo tiempo condenar la matanza indiscriminada de civiles palestinos en Gaza no es una cuestión de partidos políticos ni de ideologías; es una cuestión de humanidad».
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