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El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una rueda de prensa, en la sede del PSOE

Pedro Sánchez, durante una rueda de prensa en la sede del PSOEEP

Sánchez se aferra al cargo pese a la corrupción del PSOE y descarta un adelanto electoral

El presidente del Gobierno dice que el PSOE «es una organización limpia» y anuncia una comisión parlamentaria sobre el caso Ábalos

No habrá dimisión de Pedro Sánchez ni adelanto electoral. El presidente del Gobierno ha optado por aferrarse al cargo y ha descartado convocar elecciones, celebrar un superdomingo electoral para hacer coincidir las generales con las autonómicas y municipales, y que vaya a hacer cambios en el Gobierno.

Desde antes del mediodía la expectación en los alrededores de Ferraz sobre qué diría en su comparecencia tras la reunión con la Comisión Ejecutiva Federal, la primera tras el escándalo de Santos Cerdán, era máxima. Prueba de ello era la cantidad de medios que esperaban a poder entrar en la sede del PSOE. En la zona se había desplegado un dispositivo policial, con escoltas y dos furgonetas de la Policía Nacional. Cada cierto tiempo pasaba por delante de la fachada el autobús de Hazte Oír con la imagen de Sánchez y la palabra «corrupto», junto a los casos que cercan al jefe del Ejecutivo, desde el caso PSOE, al de su hermana o el de su hermano o el del fiscal general.

En un principio se preveía que Sánchez fuera a salir en torno a las 13:00, pero finalmente se ha alargado la espera algo más de tres horas. No ha aparecido hasta pasadas las 16:15, y lo ha hecho acompañado entre otros por María Jesús Montero e Ion Antolín. Con rostro menos serio que el jueves, con apariencia tranquila, como de quien sabe que nadie le va a mover de donde está, que el caso no le va a afectar. De hecho, preguntado por los periodistas si temía que saliera alguna grabación de Koldo García que le implicase su breve respuesta ha sido: «Estoy tranquilo».

Se ha limitado a atribuir todo a un «error» a la hora de confiar en Ábalos y en Cerdán, y ha sostenido que el caso Koldo es «el único caso hasta la fecha de supuesta corrupción» que afecta al PSOE, ha dicho, desde que él lo dirige. «El PSOE es una organización limpia», ha repetido dos veces, para arremeter contra el Partido Popular, y dirigentes concretos del partido como Isabel Díaz Ayuso o Carlos Mazón, y contra Vox. Ha llegado a decir que en estos siete años de Gobierno socialista se ha avanzado «mucho» en lo relativo a la transparencia y la rendición de cuentas. Según él, "se ha logrado que lo que antes se encubría, se obstruía o se amparaba ahora se persiga o se castigue como un hecho imperdonable.

Ha anunciado varias cosas que ya habían trascendido a lo largo de la mañana cuando estaba teniendo lugar las cinco horas de reunión de la cúpula socialista. Una de ellas ha sido la expulsión definitiva de José Luis Ábalos del partido, y también la baja voluntaria como militante de Santos Cerdán. Otra es que el puesto que este ocupaba en el PSOE, la Secretaría de Organización, va a recaer temporalmente, hasta el Comité Federal del 5 de julio, en manos de una gestora que encabezará la presidenta de la formación, Cristina Narbona.

Sánchez ha trasladado que van a llevar a cabo una «nueva» auditoría «externa e independiente» de las cuentas del partido, nueva, ha dicho, porque, según ha informado, este mismo lunes se ha aprobado la auditoría de 2024. Se hará en los próximos meses. No obstante, como le reclama la oposición, esta auditoría debería hacerse en el Gobierno, puesto que son los contratos realizados con la administración pública los que se investigan.

El dirigente socialista ha comunicado que va a comparecer en el Congreso en la primera fecha disponible para responder a las preguntas. Por lo pronto, este miércoles va a acudir a la sesión de control. Y el Grupo Socialista va a impulsar una comisión de investigación en la Cámara Baja sobre el caso Koldo.

Sánchez ha sido tajante descartando convocar elecciones como le piden no ya los partidos de la oposición, sino también voces del PSOE, y cada vez más: «Las elecciones son cada cuatro años, así ha sido y así seguirá siendo». Porque –ha venido a decir el presidente del Gobierno– cómo van a permitir que «la posible corrupción de unos pocos ponga en peligro el buen rumbo del país», ha dicho tras presumir de situación económica, y cómo van a dejar el país en manos de una coalición de PP y Vox. Según él, esto «sería una tremenda irresponsabilidad», ha expresado acusando a la oposición, como todo este tiempo atrás, de tener una agenda «reaccionaria». Acto seguido ha retado al PP y a Vox a presentar una moción de censura. Como en su comparecencia del jueves, respondió apenas a cinco medios, alegando que eran ya las 17:00 y aún no había comido.

Esta tarde está prevista una reunión en Moncloa con Yolanda Díaz, que el jueves salió a pedir un «reseteo» de la legislatura y urgió a convocar una reunión de la comisión de seguimiento del pacto de coalición. Quien ha dicho que no acudirá a esa ronda de contactos del PSOE con sus socios parlamentarios es Podemos. Su portavoz, Pablo Fernández, ha expresado que no considera que Sánchez esté «legitimado» para liderar un Gobierno «progresista» y que no iba a participar en un «lavado de cara de un partido corrupto».

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