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Empieza el año VIII de Sánchez en la Moncloa: ¿qué trama el presidente?

Necesita un revulsivo para encarar el nuevo curso, así como recuperar el control de la agenda política, dominada por los tribunales desde hace tiempo. En resumen, el más difícil todavía

Madrid Act. 31 ago. 2025 - 08:38

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Moncloa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saliendo a las escalinatas de la MoncloaEFE

Una cosa son los reflejos y otra, la precipitación. El PP tuvo reflejos cuando, el lunes, Alberto Núñez Feijóo detalló un plan contra los incendios que incluye 50 medidas, mientras el presidente y su Gobierno llevaban días hablando de un pacto de Estado sin concretar una sola propuesta. De hecho, siguen sin hacerlo, a la espera de que, este lunes, Pedro Sánchez lo presente en sociedad en su acto de inicio de curso.

Pero, por el contrario, el PP se precipitó obligando a comparecer esta semana en el Senado a cuatro ministros, con varios incendios aún activos y un ambiente político abrasador. «La verdad está de nuestro lado. ¿El PP quiere que la contemos cuatro días seguidos?», retaban el martes el monclovismo. Esa misma tarde fue Margarita Robles. Después, Sara Aagesen. El jueves, Fernando Grande-Marlaska. Y el viernes, Luis Planas.

Uno tras otro, los ministros se zafaron de los senadores del PP. Por no tener, los populares no tuvieron ni el respaldo de Vox, porque la de los incendios no es su guerra. El partido de Santiago Abascal se pasó cuatro días clamando en la Cámara de representación territorial -según la define la Constitución- contra el Estado de las Autonomías y el bipartidismo. «La autonomía es un perfecto sistema de evasión de responsabilidades», resumió la senadora Paloma Gómez Enríquez, con un mensaje tan escueto como efectista.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, el martes en el Senado

La ministra de Defensa, Margarita Robles, el martes en el SenadoEFE

En definitiva, los populares no han sacado nada positivo de esa arremetida parlamentaria, destinada a demostrar que los medios del Gobierno llegaron tarde y mal mientras los presidentes regionales del PP se desgañitaban pidiendo ayuda. La jugada les sonaba en su cabeza mejor de lo que les ha resultado ante unos ministros que tienen como referencia y jefe al maestro del escapismo político.

Esta semana que acaba ha sido de calentamiento y rodaje. El curso político 2025-2026 empieza realmente a partir de este lunes. El anterior terminó con los socialistas felicitándose por seguir vivos después de un año catastrófico, con un exsecretario de Organización en prisión provisional y otro recluido en su casa de Valencia a la espera de que el juez Leopoldo Puente le abra juicio oral.

Pero seguir vivos no basta para encarar el año VIII de Sánchez en la Moncloa. El presidente necesita un revulsivo, algo mucho más espectacular que el Plan estatal de lucha contra la corrupción que se sacó de la manga en julio a modo de anzuelo que pudieran morder -gustosos- sus socios (como coordinadora ha puesto a María Jesús Montero, lo que no deja de tener su aquel). Esa necesidad ha hecho que, a la vuelta del verano, los mentideros políticos hiervan con una pregunta: ¿Qué trama el presidente?, ¿qué giro de guion ha escrito en su retiro isleño de La Mareta?

Este periódico se ha hecho eco de los rumores que existen en el PSOE sobre una próxima remodelación del Ejecutivo de la que solo estarían completamente salvo los cinco ministros de Sumar (intocables para Sánchez por el acuerdo de coalición, no por otra cosa). Entre el resto no hay vacas sagradas, aunque unos tengan más papeletas que otros. Y están también las sospechas de los socios de Sánchez sobre las verdaderas intenciones del presidente al anunciar la presentación de unos Presupuestos de 2026 para los que le será complicadísimo obtener los apoyos, por no decir casi imposible.

Ya no es solo la líder de Podemos, Ione Belarra, la que ha deslizado en público que puede tratarse de «una jugada política para ir a un adelanto electoral» a finales de este curso. También el de Bildu, Arnaldo Otegi, ha contemplado esa posibilidad. Aunque, en su caso, llevándose las manos a la cabeza. Por si quedaba alguna duda, Otegi aclaró el viernes que, si por ellos es, Sánchez tendrá Presupuestos, claro que los tendrá.

Hace tiempo que la izquierda abertzale es el socio más fiable y leal para el PSOE. «Creemos que la política también exige prioridades. Creemos que somos coherentes cuando decimos que el pueblo vasco, cuando hubo elecciones generales, por encima de votar Bildu, por encima de votar PNV, votó fundamentalmente que la extrema derecha no alcance el Gobierno del Estado», teorizó Otegi ese día en una rueda de prensa.

Uno de los principales objetivos del presidente para esta temporada es tan fundamental como improbable: tiene que recuperar el control de la agenda política, dominada en los últimos meses por los tribunales. Pero el verano solo ha sido un paréntesis en la instrucción del caso PSOE en la Audiencia Nacional y en el Tribunal Supremo; y, cuando el curso despierte, el dinosaurio todavía estará allí.

El próximo informe de la UCO pende sobre las cabezas de los socialistas, amenazando con caerles encima cualquier día. Los agentes siguen cribando las grabaciones incautadas a Koldo García en 10 terabytes de información. Y el instructor del caso en el Supremo, el juez Leopoldo Puente, ya solicitó en julio una prórroga de seis meses en la investigación -hasta el 8 de marzo de 2026- ante la magnitud de la montaña.

Probablemente oliéndose que algo se viene, el que fuera jefe de Gabinete del presidente hasta el verano de 2021, Iván Redondo, escribió el lunes en La Vanguardia: «La industria del relato se ha emancipado por completo de la sociedad». Traducido: que dejen los cuentos para los que aún quieran comprarlos, que son cada vez menos. A ver con qué nos sorprende el comienzo de curso.

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