Santiago Abascal saluda a los asistentes a Europa Viva 25
¿Por qué los jóvenes y el voto rural son claves en la estrategia de crecimiento de Vox?
El partido de Santiago Abascal es en estos momentos, y desde hace unos meses, la fuerza política que más crece. Como ha contado El Debate, se ha disparado especialmente desde antes del verano, y en el primer mes del nuevo curso político se ha consolidado esa tendencia. El último barómetro de encuestas publicado por este periódico, esta misma semana, otorga a Vox en torno a un millón de votos nuevos y un crecimiento de casi cuatro puntos porcentuales, del 12,4 % que logró en las generales de 2023 al 16,23 % en el que le sitúa la media de sondeos; a diferencia del PP, que baja unas décimas, el PSOE, que pierde cuatro, y Sumar, que baja seis. Traducido en escaños, ronda los 54-56, incluso algún sondeo le da hasta 65 diputados.
Además del trasvase de votos del partido de Alberto Núñez Feijóo en los últimos meses, es especialmente significativo el peso del electorado joven, en el que Vox lidera en intención de voto en la franja comprendida entre los 18 y los 39 años, una tendencia que permite a la formación de Abascal mirar con optimismo las expectativas de crecimiento entre las nuevas generaciones. Como explica el socio y director de Análisis de Target Point, José Miguel Silva, hay una serie de problemas que están creando el caldo de cultivo para que un nuevo partido como Vox esté atrayendo a muchos más votantes que los viejos partidos, que parecen no dar soluciones definitivas a esas cuestiones y que ejercen la tarea de gobierno a nivel nacional, autonómico y local.
Problemas entre los que apunta la dificultad de acceder a una vivienda, que es uno de los más acuciantes entre los jóvenes. Precisamente este jueves los diputados nacionales José María Figaredo y Carlos Hernández Quero presentaron en Málaga el programa económico y de vivienda del partido, en la que fue la primera parada de una gira por toda España para dar a conocer sus propuestas. También otras cuestiones como la sensación de inseguridad, la inmigración -en las que Vox está muy movilizado-, los impuestos altos, la falta de infraestructura, la burocracia o la diferencia del nivel educativo respecto a generaciones anteriores o los jóvenes de otros países.
Así, Vox se erige como la alternativa a un bipartidismo que considera caduco y a unas políticas que entiende fallidas, a ojos de los jóvenes que, además, tienen por naturaleza el afán de rebelarse, en este caso ante la incertidumbre con la que vislumbran su futuro, con salarios bajos, precios altos y empleos precarios en comparación con la generación de sus padres a su edad, por ejemplo, y lo que ello dificulta dibujar un plan de vida a medio plazo. Santiago Abascal ha señalado en alguna ocasión que la reacción de los jóvenes obedece a la vivencia que tienen en la calle y en las escuelas, la inseguridad que en muchos sitios sufren de primera mano y el adoctrinamiento ideológico por ejemplo en lo que tiene que ver con el feminismo radical o en materia de memoria histórica; y que además percibe que los jóvenes se han quitado los complejos.
Vox entendió desde el principio el alcance de las redes sociales, y puso en marcha una estrategia, de la mano de su vicesecretario de comunicación, el diputado Manuel Mariscal, que ha permitido que su mensaje llegue a los más jóvenes. Actualmente, es el partido que cuenta con más seguidores en Instagram (cerca de un millón de seguidores), en TikTok (más de 770.000) y en Youtube (casi 630.000), las plataformas más utilizadas por adolescentes y jóvenes, muy por encima de los que tiene el PP (casi 200.000 en Instagram, o cerca de 70.000 en TikTok), el PSOE (más de 160.000 en la primera, más de 150.000 en la segunda) y Sumar (cerca de 200.000 y más de 80.000 respectivamente). Las formaciones políticas, de hecho, han tratado de reforzar sus estrategias en este ámbito. Por ejemplo, como contó El Debate, el PP estaba innovando en plataformas como TikTok utilizando la inteligencia artificial o música conocida entre los jóvenes para captar votos.
Un sector por el que también compite la derecha es el rural. Si bien, como apunta José Miguel Silva, este voto en su conjunto no es tan relevante como lo era hace 20 o 40 años en tanto que la población cada vez se concentra más en las grandes ciudades o áreas metropolitanas o capitales de provincia, por ese proceso de despoblación de las zonas más rurales y del interior de España, la ley D'Hont establece 52 circunscripciones electorales y hace que varias provincias tengan más peso electoral del que les correspondería por censo. Menciona así por ejemplo Lugo, Orense, Teruel, Huesca, Cáceres o varias de Castilla y León y Castilla-La Mancha.
Santiago Abascal con un ganadero de Palencia
En este sector, la derecha históricamente ha tenido más peso que la izquierda, de hecho, tal como indica el analista de Target Point, Sumar o Podemos no tienen ningún peso. En este punto, hace una diferenciación entre la población de más edad, jubilada que vive en estos territorios, en municipios pequeños, y que tradicionalmente ha votado a la antigua Alianza Popular o al PP, que es difícil que cambie su voto, lo que favorece al partido de Feijóo, y la población activa que trabaja en la agricultura, la ganadería o el sector pesquero. Es aquí donde Vox es primera fuerza en intención de voto, de acuerdo con los datos analizados. Un sector que viene experimentando un descontento creciente, que de hecho se ha manifestado en los últimos años para reclamar un cambio en las políticas. El partido de Abascal tiene como una de sus banderas la defensa del campo español, de los intereses de los trabajadores del sector y del producto nacional frente a las políticas verdes que recrimina a populares y socialistas en Bruselas y en España.