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09 de mayo de 2024

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Un nuevo estudio desvela que los hijos de padres divorciados tienen una menor probabilidad de tener un título universitarioGTRES

Así puede afectar un divorcio en los logros educativos de los hijos de 12 a 16 años

Un estudio español ha concluido que los descendientes cuyos padres se separan tienen menor probabilidad de obtener un título universitario

Que el divorcio de sus padres afecta a un niño ya era un dato conocido. También para los pequeños de la casa una separación es una situación estresante y es frecuente, sobre todo cuanto menor es su edad, que somaticen el malestar de manera física, al que no saben ponerle palabras, con dolores de barriga, fiebre, irritabilidad o cambios de comportamiento. Los hijos de padres separados juegan menos, tienen menos participación en actividades extraescolares y no tienen una gran implicación en los programas de enriquecimiento escolar o vacacional
Un nuevo estudio de la Universidad de Valladolid ha añadido a esta lista una influencia negativa en los logros académicos. Según sus resultados, los hijos de padres divorciados tienen una menor probabilidad de tener un título universitario. La investigación lleva por título Divorcio de los padres y logro educativo de los niños a largo plazo en España: heterogeneidad según la educación de los padres, y sus autores son Manuel Mejias-Leiva y Almudena Moreno Mínguez.
A través de datos de la Encuesta Social General Española de los años 2013, 2015 y 2017 recopilaron datos de 15.700 observaciones de las que se tenía información de sus resultados académicos como características de los padres. La muestra se limitó a los nacidos después de 1965, es decir, que tenían 16 años en 1981, con el objetivo de limitar el grupo seleccionado de padres que se divorciaron tras la aprobación de la ley de divorcio.
Los datos compilados les han llevado a concluir que existe una asociación negativa entre el divorcio de los padres y la probabilidad de los hijos de obtener un título universitario. La penalización era mayor cuando la separación se produce entre los 0-5 y de 12-16 años, según afirman los investigadores.
Los peores resultados los encontraron en la transición de Primeria a Secundaria. En esta etapa, «las exigencias educativas aumentan, por lo que un evento disruptivo en la vida de un adolescente, como es el divorcio de los padres, puede ser un factor relevante en la transición de los hijos a la educación postobligatoria», se indica en el estudio.
Concretamente, esta penalización la sufrieron sobre todo los hijos de padres de un alto estatus socioeconómico. Según han aclarado, esto se explica porque tras la separación los descendientes de familias acomodadas pierden ciertos recursos que contribuían a sus mejores resultados. Aun así, los hijos de padres con alto nivel educativo mostraron mejores resultados que sus compañeros, hijos también de padres divorciados, pero de menor estatus socioeconómico.
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