
Los Reyes, con el expresidente de Perú Martín Alberto Vizcarra, en una cena de gala en el Palacio Real
El curioso método que emplean en el Palacio Real para alinear la vajilla y cubertería de los banquetes
Patrimonio Nacional desvela en Instagram cómo preparan la mesa de 35 metros con capacidad para albergar a 121 comensales
Si las paredes del Palacio Real de Madrid hablaran daría para varios volúmenes de chascarrillos, confidencias y secretos. Cada ocasión en que abre sus puertas para albergar un almuerzo o cena de gala, el equipo de protocolo lidera una ingente tarea de organización siendo la disposición de la mesa del banquete quizá una de las más laboriosas. Desde cómo se sentarán los comensales a la disposición de la vajilla y cubertería.
La mesa del Comedor de Gala mide 35 metros de largo y tiene capacidad para albergar un total de 121 comensales, perfectamente distribuidos. Cada uno de ellos dispone de un espacio de 57 centímetros. Con muchas horas de antelación los empleados colocan los cubiertos, las vajillas con filos de oro y la cristalería de Moser. Al ver las imágenes en televisión más de uno se preguntará cómo logran que todo luzca perfectamente alineado. Y no, no emplean una regla.
La incógnita la desvelaba ayer Patrimonio Nacional. «¿Te has preguntado alguna vez cómo conseguimos que nuestra vajilla del comedor de gala esté perfectamente alineada? ¡Te desvelamos el misterio!», puede leerse en su página de Instagram.
Además, disponen una pieza de madera que sirve también para marcar la distancia, dos técnicas que ayudan a que todo luzca perfectamente milimetrado.
La mesa se apoya sobre quince tableros soportados por borriquetas. Los paneles de madera se cubren con fieltro y sobre él con cinco manteles de hilo blanco bordado. A continuación se colocan los centros de mesa que albergarán las flores. Las sillas son de distinta altura, siendo las de Don Felipe y Doña Letizia las más altas. Los Reyes se sientan el uno frente al otro.
En el caso de la recepción del pasado 12 de octubre, a la que acudieron 2.500 invitados, se sirvió un cóctel a cargo de la Pastelería Mallorca, en el Comedor de Gala. El Rey tomó una cerveza fría, mientras que la Reina se decantó por un vaso de agua.