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26 de abril de 2024

La Infanta Elena, en la XXIII Subasta Benéfica de Capones de Cascajares

La Infanta Elena, en la XXIII Subasta Benéfica de Capones de CascajaresGTRES

Los Borbón no comen pavo, según la Infanta

El Hotel Palace acogió la XXIII Subasta Benéfica de Capones Cascajales, donde se han reunido numerosos rostros conocidos

Rozando las nueve de la noche llegaba la infanta Elena, sin molestias aparentes después de caerse de su caballo el sábado, a la XXIII Subasta Benéfica de Capones Cascajales y lo hacía para apoyar la recaudación a favor de Nuevo Futuro, la ONG que su tía, la Infanta Pilar, presidió hasta su muerte en enero de 2020.
Vaya por delante que los Borbón no comen pavo, según me contaba la Infanta Pilar, en una de nuestras charlas, y la cito textualmente: «Pavo nunca, lo odiamos todos». Así de tajante era Doña Pilar advirtiendo de los gustos gastronómicos de la familia Borbón e incluso lo ampliaba a los capones, un año se le ocurrió poner uno en Nochebuena y tuvo capón durante una semana. No se le volvió a ocurrir repetir porque a ella, gran cocinera y con buena mano, su familia le pedía que cocinase asados y preparase una buena fuente de marisco.
La Infanta nos dejó hace un par de años y aunque tuviera sus más y sus menos con los capones y los pavos, seguro, y pongo mi mano en el fuego, que hubiera estado muy complacida y agradecida con la Fundación Cascajares por donarles el año pasado los 74.000 euros de la XXII Subasta Benéfica de Capones Cascajales y los 82.415 euros que se han recaudado este año. La Infanta Elena es posible que ahora se aficione al capón de Cascajares que crían felices en libertad los Rodríguez-Vila por tierras palentinas. Su prima hermana, Simoneta, que ha recogido el testigo de su madre, la Infanta Pilar, en Nuevo Futuro, la acompañaba en el evento sentadas en primera fila. A la Infanta se la veía feliz porque últimamente no le va mal en las competiciones hípicas para seniors en las que participa, aunque este fin de semana sufriera una brusca caída de su caballo, en las naves de Ifema.
Simoneta Gómez-Acebo y Pina Ferrari

Simoneta Gómez-Acebo y Pina FerrariCarmen Duerto

Tradicionalmente, la cita solidaria con las aves se celebraba en el Salón Real del hotel Ritz con alfombras de nudo, sedas en las paredes y piano de cola. Nivel máximo para la noche cinco estrellas de los gallos castrados. Lamentablemente las obras de rehabilitación del edificio les obligó a trasladarse al hotel de enfrente, al Palace.
Beatrice de Orleans era una de las invitadas más puntuales y, aunque no haya pujado por los capones, quería apoyar la causa. Por cierto, que el otro día en el Teatro Real, además de darme instrucciones de cómo se hace una reverencia a una Reina, por Doña Sofía que estaba con nosotras, me contaba que había estado pasando un domingo entero con el Rey Juan Carlos en Abu Dabi y que le había encontrado muy bien y muy aclimatado a la zona.
Imagen de algunos de las personalidades que acudieron a la subasta benéfica

Imagen de algunos de las personalidades que acudieron a la subasta benéficaGTRES

Julio Ayesa, otro de los puntuales, también tenía noticias de Don Juan Carlos, quien al parecer, en contra de lo publicado, no estuvo en la boda de un hijo de Francis Franco que se ha casado hace unos días en tierras árabes.
Nueve capones y dos pavos después los asistentes pasaban a la zona cóctel y allí Flavia Hohenlohe con Ayesa comentaba la curiosa participación del tenor Zapata subastando a ritmo de aria un capón llamado Putinelli por 14.275 euros. Y así, Madrid sigue con su temporada de eventos en un no parar.
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