
Kate Middleton, en una imagen de archivo
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Así es Bucklebury Manor, el refugio campestre donde Kate Middleton se recuperó de la quimioterapia
La Princesa quiso pasar la peor parte del tratamiento en su casa de toda la vida junto a sus padres
El último incidente acontecido en la Familia Real Británica demuestra que los Windsor vuelven a vivir un annus horribilis. Al cáncer que padece Carlos III, se sumó el de Kate Middleton y, poco después, el accidente que sufrió la Princesa Ana en su mansión de campo, Gatombe Park. Con todo, que Kate Middleton esté ya recuperada es un buen síntoma de que les esperan mejores tiempos al seno de La Firma. Después de meses tan difíciles, se van conociendo detalles cómo han pasado estos últimos tiempos. La revista Majesty Magazine informa, de hecho, del refugio que eligió la Princesa de Gales para pasar el tratamiento.
Cuando la Princesa de Gales era conocida simplemente como Kate Middleton, llevaba una vida tranquila en Berkshire junto a sus padres, Carole y Michael, y sus hermanos, Pippa y James. La familia vivió en una propiedad llamada Oak Acre en Bucklebury desde 1995, cuando ella tenía apenas 13 años, hasta 2012, un año después de que se casara con el Príncipe Guillermo en 2011. Tal y como informaron los medios ingleses en aquel momento, los Middleton se vieron obligados a abandonar su adorado hogar ante el riesgo de seguridad al que se enfrentaban como familiares no solo de un miembro de la realeza, sino de la futura reina consorte de Inglaterra.
La familia al completo cambió la vasta propiedad de seis habitaciones, cuyo valor estimado era de entre 1 y 1,6 millones de libras a Bucklebury Manor. Con esa mudanza no solo sumaron una habitación más –tiene siete–, sino que vieron cómo sus ahorros disminuían considerablemente, dado que costó alrededor de los 5 millones de libras. Además, consiguieron esa anhelada privacidad que habían perdido en su anterior residencia.
Con los muros altos de la nueva propiedad, se olvidaban de los puntos de acceso público que les volvían vulnerables en su morada previa. Además de los siete dormitorios, The Manor cuenta con cinco salas de recepción que incluyen un hall de entrada, un salón, un comedor con chimenea del siglo XVII, una biblioteca, una sala de estar, una piscina, una cancha de tenis y amplios jardines.
Entre sus paredes, Carole y Michael Middleton han vivido durante años y, por consiguiente, han ido creando diferentes recuerdos que lo convierten en su hogar favorito. Para los tres hermanos siempre ha sido el lugar en el que poder refugiarse de la prensa, el escrutinio público y las responsabilidades. Kate Middleton, por ejemplo, eligió esta propiedad para pasar los primeros meses de vida de su primogénito, el Príncipe George.

Jardín de Bucklebury Manor
La joven de 30 años necesitaba apoyo después de sufrir la hiperémesis gravídica durante todo el embarazo, una dolencia caracterizada por la presencia de náuseas y vómitos constantes y persistentes durante los nueve meses de gestación, arriesgándose a la deshidratación y la pérdida de peso excesiva. Tras el nacimiento de su primer hijo, Kate decidió quedarse en Bucklebury un poco más y se reveló que Carole Middleton jugó un papel «crucial» a la hora de calmar los temores de Kate Middleton como madre .
El corresponsal real de Channel 5, Simon Vigar, reconoció en el documental de True Royalty, Kate Middleton: Heir We Go Again, que «Carole está muy involucrada en la crianza de sus nietos y en el cuidado de sus hijos. Y es que, a pesar de que todos sus hijos son adultos, tienen sus propias parejas y han terminado abandonando el nido paterno, la casa sigue siendo un lugar clave para los hijos de los Middleton. De hecho, la benjamina, Pippa, decidió celebrar su boda con James Matthews en los amplios terrenos de sus padre y escogió el enorme invernadero de cristal que se erige en ellos para llevar a cabo la recepción oficial.