Raquel Sánchez Silva y su marido Matías Dumont
Gente
Así rehízo Raquel Sánchez Silva su vida tras la muerte de Mario Biondo
La Audiencia de Madrid reconoce que su fallecimiento pudo no ser un suicidio
Han pasado doce años desde aquella mañana de mayo de 2013 en que el cuerpo de Mario Biondo apareció sin vida en el domicilio madrileño que compartía con su esposa, la periodista y presentadora Raquel Sánchez Silva. El caso, archivado en su momento como un suicidio, nunca convenció a la familia del cámara italiano. Hoy, más de una década después, la Audiencia Provincial de Madrid reabre la duda: existen indicios de que la muerte de Biondo pudo no ser voluntaria. Un giro judicial que devuelve a la actualidad una historia que Raquel llevaba años intentando dejar atrás.
«El hallazgo del cadáver requería actividades investigativas que no se desarrollaron», reconoce el auto. Una frase que resume lo que los Biondo sostienen desde hace años: que la investigación fue precipitada y que nunca se exploró la posibilidad de un homicidio. La madre del cámara, Santina, volvió a hablar ante las cámaras tras conocerse la resolución: «Nunca ha llamado al móvil para decir una palabra. Solo en el funeral, y después desapareció». Para la familia, la decisión judicial es una pequeña reivindicación. Para Raquel, una herida que vuelve a abrirse.
El golpe que cambió su vida
En 2013, Raquel Sánchez Silva vivía su gran momento profesional. Era el rostro de Supervivientes, viajaba constantemente entre España y Honduras, y acababa de sellar su amor con Mario en una boda en Sicilia. La pareja se mostraba feliz, cómplice, consolidada. Por eso, la noticia del fallecimiento del cámara, con solo 36 años, sacudió al mundo televisivo y a la propia comunicadora, que de un día para otro se convirtió en el centro de una tormenta mediática.
Desde entonces, dos versiones opuestas dividieron el relato: la justicia española habló de suicidio; la familia italiana, de asesinato. Entre ambos discursos quedó una mujer sometida al escrutinio público más feroz, una profesional que había pasado de ser admirada a cuestionada, sin apenas poder defenderse. Aquel golpe partió en dos su vida. Ella desapareció durante meses, guardó silencio y se refugió en su entorno más cercano. No hubo entrevistas ni exclusivas. Solo el tiempo, que poco a poco fue devolviéndole la serenidad.
Raquel Sánchez Silva entre la madre, Santina D'Alessandro, y el padre, Pippo Biondo, de su marido fallecido Mario Biondo
Una nueva etapa: amor, hijos y discreción
En 2014 conoció al productor argentino Matías Dumont, con quien contrajo matrimonio un año después. En 2016 nacieron sus mellizos, Bruno y Mateo, a quienes protege con un celo absoluto. Dumont, discreto y alejado de los focos, ha definido a Raquel como «la mujer más increíble» y ha reconocido que enamorarse de ella fue «la mejor decisión de su vida».
La pareja comparte una vida tranquila, marcada por los viajes, el deporte y una complicidad visible incluso en las escasas fotos que comparten. «Nos gusta el tenis, pero también el silencio entre punto y punto», escribió ella este verano en Instagram, acompañando una imagen durante el torneo al que acuden cada año. Hace unas semanas, publicaba otra instantánea desde Okinawa (Japón) donde ambos disfrutaron de unas vacaciones familiares en un entorno de calma, mar y templos.
Raquel, nacida en Plasencia (Cáceres) hace 52 años, conserva la energía y curiosidad de siempre. Practica deporte a diario y ha hecho del ballefit —una disciplina que combina ballet y fitness— su rutina favorita.
Una carrera que no se detuvo
Muchos pensaron que su carrera no resistiría el escándalo. Pero lo hizo. Raquel Sánchez Silva regresó a la televisión con la misma determinación de siempre. En 2018 encontró su gran refugio profesional en RTVE, donde conduce Maestros de la costura, un formato que se ha convertido en su sello personal y que le ha permitido mostrar una versión más cálida, cercana y luminosa.
Antes había pasado por Supervivientes, Pekín Express, Likes, Lo siguiente o El Conquistador, demostrando una versatilidad poco común. También ha publicado varios libros, ha explorado la escritura más íntima y usa las redes sociales con la medida justa: un escaparate donde muestra su trabajo y pequeñas pinceladas de su vida, sin abrir nunca la puerta del todo. En su biografía de Instagram se define con sencillez: «Comunicadora. Adoro escribir, viajar, el deporte y la aventura».
