Carlos Cuerpo despide a los Reyes Felipe y Letizia, en el aeropuerto antes de su viaje a China
La falta de cortesía del ministro Carlos Cuerpo al despedir a los Reyes en su viaje a China: «Es un desastre»
El titular de Economía se presentó en el aeropuerto de Barajas con una imagen desaliñada poco apropiada para representar al Gobierno
Los Reyes Felipe y Letizia han aterrizado esta mañana en el aeropuerto internacional de Chengdu para dar comienzo a su viaje de Estado a China. Bajaron del avión con la misma ropa con la que emprendieron el vuelo. Ella, muy sobria y elegante con un abrigo largo negro con solapas y cinturón ajustado a la cintura y su inseparable bolso de Carolina Herrera, el modelo Doma. El Rey, con uno de sus trajes de raya diplomática a medida y corbata azul clara.
Los Reyes fueron despedidos, este domingo, con honores militares en el Pabellón de Estado de la Terminal T-4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Les acompañaron José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y de Carlos Cuerpo, ministro de Economía, Comercio y Empresa.
Y más de uno se ha fijado en que Carlos Cuerpo no empleó demasiado tiempo en arreglarse. Se presentó con aspecto muy desaliñado sin afeitar y con la ropa arrugada. Como bien apunta Anitta Ruiz, experta en moda e imagen, la ropa no es solo una cuestión de moda, sino de educación y saber estar.
Los Reyes Felipe y Letizia, con el ministro Carlos Cuerpo
«De verdad, a mí hay cosas que me resultan muy complicadas de entender. Carlos Cuerpo es ministro de jornada y por tanto el encargado de despedir a los Reyes en su viaje de Estado a China. En noviembre, con una chaqueta de lino que le queda pequeña. Sin corbata. Es un desastre», ha comentado la experta. «Vuelvo a insistir. Vestir correctamente no es un tema de moda, es educación y en ese momento Cuerpo está representando al Gobierno y por tanto a todos los españoles».
Una vez más vuelve a demostrarse cómo los Reyes han dado una impecable lección de estilo para embarcarse en un vuelo de casi 12 horas, mientras que el ministro se presentó de cualquier forma, probablemente escapándose de algún plan familiar de domingo.