
Depósito de la Biblioteca Nacional
Hace 100 años en El Debate
17 de febrero de 1922: se crea la Cámara Oficial del Libro para la exportación de libros españoles a América
El Debate del 17 de febrero de 1922 informaba de la firma de un real decreto por el que se autorizaba la creación de «Cámaras Oficiales del Libro» una institución que entre otras cosas quería defender los derechos de los empresarios en la toma de decisiones del comercio del libro.
A diferencia de otros países europeos, en España el desarrollo de asociaciones empresariales en el sector del libro fue un proceso lento y tardío. La creación de estas asociaciones se originó con el deseo de construir un bloque sólido ante la toma de decisión en lo que concierne al negocio del libro. La primera de ellas fue el Centro de la Propiedad Intelectual de Barcelona en 1900 y su finalidad era defender sus derechos adquiridos en materia de propiedad intelectual. Con el tiempo, llegó a convertirse en el Instituto Catalán de las Artes del Libro y centró sus esfuerzos en cuestiones como los contratos de edición o los derechos del editor. Un año más tarde, nacía en Madrid la Asociación de la Librería de España cuyos objetivos fueron mucho más amplios al comprometerse en la defensa de todo lo que afectase al empresario del libro: la propiedad intelectual, los aranceles, el problema del papel, el precio del libro, la exportación, etc.
Esta asociación se transformaría en la Federación de Productores, comerciantes y Amigos del Libro en 1917 con el objetivo de amparar los derechos de los empresarios asociados y crear un centro jurídico consultivo gratuito para los mismos. Además, la idea de la asociación era promover las exposiciones de libros, organizar conferencias, establecer una oficina de información comercial, concursos bibliográficos y, por último, realizar análisis del comercio español en los mercados exteriores, y sobre todo, en el mercado americano.
Más adelante en 1922 la Federación convertía la institución en la Cámara del Libro por lo que se firmaba el decreto real por el que se constituía estas Cámaras Oficiales del Libro. En estas Cámaras quedaban incluidos tanto los editores, los libreros, encuadernadores o fabricantes de papel como los publicistas y la propia administración.El periódico explicaba que la función de estas Cámaras consistiría en crear «bolsas de trabajo intelectual», la publicación de una «bibliografía general española e iberoamericana» y la creación de «sindicatos para la exportación de libros españoles a América».