Fundado en 1910
El mayor general William Wright con el general John J. Pershing en Lucey , Francia, septiembre de 1918

El mayor general William Wright a la izquierda con el general John J. Pershing en Lucey, Francia, septiembre de 1918

Picotazos de historia

El último (y más absurdo) combate de la Primera Guerra Mundial

A tan solo dos horas de efectuarse el armisticio que acabaría con la Primera Guerra Mundial, el general estadounidense Wright decidió ocupar la ciudad francesa de Stenay

La delegación alemana había viajado hasta Compiegne para reunirse con el comandante supremo de los aliados: el mariscal Ferdinand Foch. Matthias Ezrberger, que lideraba la la delegación alemana, había solicitado telegrafiar al Mando Supremo (OHL) explicando las condiciones de los aliados. La respuesta fue que se aceptaban las condiciones y a las 5:10 a.m. del 11 de noviembre de 1918 se firmó el armisticio que entraría en vigor a las 11:00 a.m. de ese mismo día. Inmediatamente se comunicó a todas las unidades en el frente occidental.

La 89ª división del ejército de EE. UU. se encontraba frente a la histórica población de Stenay, en la Lorena, bajo el mando del general William M. Wright, quien tenía una rivalidad con su vecino de sector, el general Henry Tureman Allen, que comandaba la 90ª división de los EE.UU. Ambas habían tratado de tomar la población de Stenay, el ultimo en intentarlo había sido la 90ª fracasando en el intento. El general Wright había diseñado un plan de ataque para tomar Stenay y estaba decidido a llevarlo a cabo antes de que el árbitro pitara el final del partido.

Se dio orden de atacar a las 8:00 a.m. del 11 de noviembre –¡ dos hora antes del inicio del alto el fuego!– y se ocupó la población. Aunque los alemanes se negaron a llevar a cabo una defensa encarnizada y se retiraron de la villa, hubo combates que totalizaron 365 bajas norteamericanas y un número no identificado de alemanas. Por su parte, el general Allen al tener conocimiento de la firma del armisticio y de la hora de su entrada en vigor, dio orden al general de brigada Joseph P. O´Neill, al mando de la 179ª brigada, que avanzara todo lo posible hasta Stenay, tomándolo y, si fuera posible, tomando también la vecina villa de Baâlon. El comandante Hanford Macnider (luego teniente general) se negó a acatar las ordenes al comprobar la concentración de fuego alemán en el punto del río que tendría que cruzar para alcanzar los objetivos. Jamás fue acusado de incumplir ordenes. Entre las dos divisiones las bajas alcanzaban los cuatrocientos hombres, bajas absurdas, ya que a partir de las 11 horas los norteamericanos habrían podido entrar en la ciudad sin dispara un solo tiro y sin sufrir una sola baja.

Al día siguiente el general Wright fue relevado de su mando. Se nombró una comisión para investigar los hechos. Durante la misma se le preguntó al general Wright cuál era el valor estratégico de la población que hacía que el ataque fuera necesario. «Stenay contaba con unos baños públicos y esas instalaciones hubieran venido bien a mis hombres», respondió. Wringt nunca fue acusado de nada a pesar de las protestas de los familiares de los muertos y heridos.

comentarios
tracking