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24 de abril de 2024

Ilustración del siglo xv de una copia de un manuscrito de Al-Biruni que representa a Mahoma predicando

Ilustración del siglo xv de una copia de un manuscrito de Al-Biruni que representa a Mahoma predicando

Picotazos de historia

De pelos de barba a huellas de los pies: las peculiares reliquias de Mahoma

Se consideran como las más preciadas reliquias del Islam aquellas que están relacionadas con el propio Mahoma, muchas de las cuales se reunieron en el palacio de Topkapi, en Estambul

El Islam tiene una rica historia en relación con la veneración de las reliquias. Era considerado una practica normal, especialmente por parte de la rama sunita del islamismo, hasta el surgimiento de los movimientos más reformistas –salafismo, wahabismo, etc–, los cuales iniciaron una contundente campaña de condena, alegando que era una forma de idolatría, a partir del siglo XVIII. Sin embargo se consideran como las más preciadas reliquias del Islam aquellas que están relacionadas con el propio Mahoma, muchas de las cuales se reunieron en el palacio de Topkapi, en Estambul.
El Palacio de Topkapı, donde se encuentran varias de las reliquas de Mahoma, visto desde el Bósforo

El Palacio de Topkapı, donde se encuentran varias de las reliquas de Mahoma, visto desde el Bósforo

Ni una, ni dos, ni tres...

La bandera o estandarte de batalla. Se cree que sirvió como cortina en la entrada de la tienda de Aisha (su tercera esposa). Fue adquirida por el sultán Selim I por el procedimiento de llevársela directamente de la gran mezquita de Damasco. Mehmed II la depositó en el palacio de Topkapi, donde se le cosió la bandera o estandarte de batalla del califa Omar (590 – 644). Se guarda en una caja de palisandro, taraceada con carey y madreperla y adornada con gemas. A la bandera le acompañaba la Lanza del Profeta, la cual se guardaba junto a la bandera. Lamentablemente desapareció en 1920. Tenemos descripción de ellas, incluso de las que han desaparecido, gracias al viajero del siglo XVII Jean Baptiste Tavernier.
La bendita túnica o caftán. Fue un regalo que hizo el propio Mahoma al poeta Kabib bin Zuhayr. Se guarda en una cámara especial dentro del palacio de Topkapi.
El sello sagrado. Es una piedra de ágata, engastada en cristal, con la inscripción: «Mahoma mensajero de Alá», y que fue usado como sello personal por el propio Mahoma. A su muerte pasó a los sucesivos califas: Abú Bark, Omar y Otmán. Este ultimo lo perdió al caersele en un pozo en la ciudad de Medina. El sello fue tomado como botín de guerra por Solimán el magnifico al capturar Bagdad, en el año 1534. Desde entonces se guarda en el palacio de Topkapi.
Los pelos de la barba de Mahoma. El Profeta permitió a su barbero favorito que le rasurase la faz y lo hizo delante de varios testigos –entre ellos su yerno Ali o su sucesor Abú Bark–, quienes recogieron los pelos y los guardaron. No solo se conservan en el palacio de Topkapi, los encontramos en en cantidad de sitios. Tantos que sería farragoso.
El diente de Mahoma. El 23 de marzo del año 625 ( Era Cristiana ) tuvo lugar la llamada batalla de Uhud entre los seguidores de Mahoma, conducidos por este, contra sus enemigos de la Meca. La batalla fue mal para la gente de Medina. El propio Mahoma recibió un golpe en la cara que le hizo escupir cuatro dientes. Uno de ellos puede ser contemplado en una cámara del palacio de Topkapi.
Una vista desde arriba de la roca en la Cúpula de la Roca en la Mezquita Al-Aqsa

Una vista desde arriba de la roca en la Cúpula de la Roca en la Mezquita Al-AqsaWikimedia Commons

El cuenco de Mahoma. Se trata de un cuenco generalmente utilizado por el Profeta y que fue conservado por su hija Fátima, casada con Alí, cuarto califa. El cuenco pasó de generación en generación dentro de los descendientes de Mahoma. Hace unos años pareció en Londres y el 21 de septiembre de 2011 fue regalado a la mezquita « corazón de Chechenia» en la ciudad de Grozny.
No podían faltar las benditas babuchas de Mahoma. Por supuesto, en su momento, se hicieron trasladar al palacio de Topkapi.
Otra cosa curiosa sobre el fundador del islam es que tenía la capacidad de imprimir la huella de su pie izquierdo, incluso sobre los más duros materiales. Así tenemos multitud de impresiones de su pie. Por supuesto que el palacio de Topkapi guarda una de las impresiones –en la cámara de la bendita túnica– pero también las encontramos en: la cúpula de la Roca en Jerusalén, en las tumbas de los sultanes Ayupal Ansari y Abdul Hamid I, en la mezquita de la huella en Qadam, en el mausoleo de Qaitbey en el Cairo, etc.
Y esto solo si nos limitamos a la figura de Mahoma. Si sumamos las de los primeros califas, gente santa de las diferentes ramas: chiísmo, sunismo, ibanismo, coranismo, ahmadia, mahdavia, etc.. Se pueden hacer una idea.
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